El Zancudo.  Sonora, donde no pasa nada… hasta que pasa

2014
 El Zancudo.  Sonora, donde no pasa nada… hasta que pasa
     

 Por Arturo Soto Munguia  

Si en el Río Sonora se derraman 40 mil metros cúbicos de desechos peligrosos y “no pasa nada”, no debe extrañar que, si el inicio de clases arrancó con paros laborales en los Cobach, protestas de alumnos en primarias y secundarias por obras inconclusas, las autoridades declaren que se trató del arranque de ciclo escolar más exitoso de la historia.

 

Pues no. Ni el derrame de tóxicos en el Río Sonora es inofensivo, ni el regreso a clases fue exitoso. Las imágenes y testimonios en ambos casos van en un sentido distinto a las declaraciones oficiales.

 

En el segundo caso, la imagen que ilustra esta columna es la de la Secundaria 10 en Hermosillo, donde el programa Transformación Educativa presuntamente habría invertido poco más de un millón de pesos en la construcción de fachada y rehabilitación del plantel. En realidad, no hay ni mesabancos para que los estudiantes tomen sus clases.

 

En las redes sociales, se bromeó con el tema y no faltó quién dijera que los alumnos asimilan mejor sus clases sentados en el suelo, en posición de Flor de Loto, ya que así entran en un estado de relajación total.

 

También los maestros de la Sección 54 del SNTE en Sonora difundieron ayer un manifiesto en el que se quejan de las arbitrariedades, incapacidad y falta de criterio de las autoridades educativas locales, para aplicar la Ley General del Servicio Profesional Docente y sus leyes secundarias, provocando caos e incertidumbre laboral y administrativa tanto en la Secretaría de Educación y Cultura, como en las escuelas.

 

En ese manifiesto, los docentes exigen al secretario Jorge Luis Ibarra Mendívil que priorice la calidad de la educación, evitando aplicar criterios que afecten al magisterio; que sea incluyente con los maestros al interpretar la nueva legislación, y que tome pleno control de las acciones de sus subalternos, para que lo acordado con él, efectivamente se le dé el seguimiento correcto.

 

Este último punto es notable, porque toca un tema del que se ha hablado mucho desde el inicio de esta administración: Jorge Luis Ibarra es un hombre de paja en la SEC. Las decisiones no las toma él, sino los amigos y socios del gobernador, colocados desde entonces en cargos estratégicos de la secretaría, y el ex rector de la Unison ha optado por navegar en las tranquilas aguas de su zona de confort, mientras los problemas crecen y se multiplican.

 

Lo cierto es que ayer fue un día crítico en las escuelas, pero nada comparado con los días por venir, ya que El Asalto a la Educación ha sido -cambiando lo que haya que cambiar-, de dimensiones parecidas al desastre ecológico en el Río Sonora, y sus efectos se comenzarán a sentir con mayor crudeza en el corto y mediano plazo.

 

Nada más en Ciudad Obregón, más de diez mil alumnos de primaria y secundaria no iniciaron el periodo escolar a tiempo. Sus planteles fueron vandalizados, dañados por las lluvias o no están en condiciones por las obras inconclusas de la transformación educativa.

 

Pasó lo mismo en muchos otros municipios del estado, ni se diga de los siete que fueron afectados por el derrame de tóxicos en el Río Sonora.

 

Por cierto, y nomás como anécdota, amigos que laboran en varias dependencias del gobierno del estado, me reportan que sus jefes, más que mostrar preocupación por los efectos del derrame en la salud pública y la vida productiva de esos pueblos y de Hermosillo, al enterarse de la conflagración celebraron, algunos ruidosamente, el hecho de que con el envenenamiento del agua, quedaban sin argumentos los opositores al Acueducto Independencia. Ahí nomás para el apunte.

 

Lo cierto es que ayer mismo, autoridades federales anunciaron que la contaminación de las aguas y del lecho del río en más de 120 kilómetros desde el represo que derramó los tóxicos hasta la presa El Molinito (que abastece a Hermosillo en un porcentaje importante, junto a los pozos de la zona), ha bajado sustancialmente, y probablemente en una semana más se pueda utilizar esas aguas para el consumo humano y demás actividades.

 

Al mismo tiempo, se anunció que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente interpuso una demanda penal contra el Grupo México, por 40 millones de pesos; los municipios afectados preparan otra demanda con apoyo legal del gobierno del estado y cada día se conocen casos de particulares que harán lo propio.

 

Y es que en esos pueblos: Baviácora, Aconchi, Ures, Arizpe, Banámichi, San Felipe de Jesús y Huépac, pequeños ganaderos y agricultores sufrieron un durísimo impacto en sus economías. Quienes han visitado la región, reportan entre sus habitantes un estado anímico en el que se mezclan la tristeza, el miedo, el coraje y la decepción.

 

Se sienten agredidos, ofendidos y abandonados, independientemente de las declaraciones oficiales y de los apoyos que se les han hecho llegar, a todas luces insuficientes.

 

El desastre en el Río Sonora ya es tema en los medios nacionales e internacionales. De nuevo, Sonora está en el ojo del mundo, y no es por algo bueno, sino por una tragedia en la que se vuelven a mezclar la negligencia de empresarios y gobierno, y de la que todavía no se conoce, bien a bien, cuáles serán los saldos.

 

II

 

En otro orden de ideas, ayer también nos desayunamos con la noticia de que el señor Ricardo Villaflor Hernández, un guaymense que fue despedido de la empresa transportes Álvarez Morán, contratada por Holcim Apasco, donde laboraba como chofer, ya encontró trabajo en el Nuevo Sonora.

 

El señor, que en enero pasado se “crucificó” frente a Palacio de Gobierno para denunciar presuntos delitos ambientales de Holcim Apasco, fue quien apareció la semana pasada encabezando a un grupo de panistas que acudieron al Congreso del Estado durante la comparecencia de René Luna Sugich, vocal ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua, para servir de comparsa a los diputados del PAN y cuestionar a los legisladores de oposición.

 

Pues este señor colocó una manta en palacio municipal, con una leyenda contra el periodista Víctor Mendoza Lambert, Director General de la empresa Megacanal y conductor del noticiero Entre Todos, junto con Hilario Olea.

 

Aún más, acudió a las oficinas de esa empresa, reclamando derecho de réplica, argumentando que el periodista lo había llamado “porro”, lo cual le ha ocasionado daños morales y psicológicos, lo cual a simple vista es más que evidente, aunque no se sabe si esos daños ya le venían desde antes, para lo cual habría que  hacerse el peritaje respectivo.

 

Finalmente el señor fue entrevistado por el propio Hilario Olea, y terminó ofreciendo disculpas a los periodistas e invitándolos a que le den seguimiento a su “liderazgo social”, lo cual fue aceptado por los colegas.

 

En fin, un episodio que se suma a la errática, confusa, desarticulada política de comunicación social del gobierno del estado, que vuelve a perfilar el uso de dudosos liderazgos para emprenderla contra periodistas críticos. Estaremos pendientes.

 

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