Perspectiva. Migración o progreso, futuro del Río Sonora

2014
Perspectiva. Migración o progreso, futuro del Río Sonora
     

 
EL DERRAME de desechos tóxicos de la Mina Buena Vista del Cobre de Cananea, perjudicó -de entrada- al ecosistema y a la comunidad en general de los pueblos del Río Sonora.

Agua contaminada, escasez de alimentos, desolación por el poco turismo rural, psicosis por la supuesta mutación de la flora y la fauna (incluye las secuelas físicas a las personas del lugar, como ha sido el caso de la señora que se lavó la cara en el río), además de la nula inversión empresarial y generación de empleos, etcétera, ha sido parte de lo que se ha sufrido en esta región.

Pero también -hay que plantearlo de esta manera-, este error humano le pudo haberle hecho un gran favor a los pobladores de esta bonita a zona del Estado, a quienes por fin las autoridades (ya sea del Poder Ejecutivo y Legislativo), medios de comunicación y comunidad sonorense, voltearon a ver después de mucho tiempo de abandono.

Con una población que no llega ni siquiera a los 30 mil habitantes, los municipios de Bacoachi, Arizpe, Banámichi, Huépac, Aconchi, Baviácora, San Felipe de Jesús y Ures, han sufrido desde hace mucho tiempo la falta de oportunidades y el valemadrismo de los gobiernos que olvidaron que al menos en esta región, se instaló primeramente la capital de Sonora (primero en Arizpe y luego Ures) para después trasladarla a Hermosillo.

Durante el sexenio anterior, el Congreso del Estado eliminó la representación que tenían estos pueblos y que eran apoyados con una Diputación Local. Esto luego de las iniciativas enviadas desde el Palacio de Gobierno que en aquel tiempo ocupaba Eduardo Bours.

La razón de quitarle esa representatividad al Río Sonora, fue que entre los pueblos mencionados anteriormente -y sus comunidades aledañas como Bacanuchi, Chinapa, Sinoquipe, Mazocahui, Ranchito de Huépac, Guadalupe de Ures, Pueblo de Alamos, La Estancia de Guadalupe de Ures, etcétera-, no completaban ni siquiera los 50 mil habitantes, aunque la cuota por Distrito Local era mínimo de 100 mil personas.

Dentro de esa Diputación, se incluían otros municipios ubicados un poco hacia el Norte y al Sur Este del Estado, como son Carbó y Rayón; además de Villa Pesqueira (Mátape, Nácori Grande y Adivino), San Pedro de la Cueva y Mazatán.

Y ni aun así, tampoco completaban los 100 mil habitantes.

Algunos Diputados que representaron a estas comunidades eran originarios de Carbó, de los pueblos del Río Sonora y de la Sierra Baja de Mazatán.Entre los ex Legisladores que recuerdo, se encuentra Alejandro Elías Serrano (hermano del “Vaquero”), Romeo Castro Durón (dos veces Diputado y dos veces Alcalde de Arizpe), David Othón (una vez Diputado y otra Alcalde de Villa Pesqueira), Víctor Martínez y Daniel Córdova Bon (una vez Diputado y otra Alcalde de Carbó).

Recordemos que el último Legislador que representó a los pueblos del Río Sonora fue Daniel Córdova Bon, maestro de la Sección 54 del SNTE que al competir nuevamente por la Diputación Local, perdió al ampliarse el territorio de sus gobernados hacia Magdalena, Imuris, Cananea, Naco y otras comunidades donde no lo conocían.

Haga de cuenta, pues, que se hizo el harakiri.

Pero hay que destacar que el cuchillo con el que destripó la panza, se lo dio el propio Gobierno del Estado.

Y a raíz de eso ya no pudo seguir con su racha ganadora de: una vez Diputado, otra vez Alcalde…y viceversa…

Ahora que se complicaron las cosas para la gente de estas regiones, se nota que es urgente la representación que antes tenían.

El campo de acción actual del Distrito es mucho más grande y por lo tanto los recorridos son mayores para los Diputados que detentan esa representatividad. En este caso “Lupita” Gracia que ha estado apoyando en todo lo que se puede desde que surgió el problema y también de tiempo atrás, desde que ganó la Diputación en las urnas.

No sé si el “Choby” Villegas (que compitió también por este Distrito y que de todas formas entró como Diputado por las fórmulas de representatividad), también haya llevado apoyos.

Debemos destacar, sin embargo, que el “Choby” se hizo presente en la reunión que organizó la Comisión del Agua del Congreso del Estado que encabeza Ernesto “Güero” Nieves y en la que fue acompañado por los también diputados José Carlos Serrato Castell, Raúl Augusto Silva Vela, Carlos Ernesto Navarro López, Monica Paola Robles Manzanedo y Juan Manuel Armenta Montaño.

También estuvo el secretario del Trabajo, Gildardo Monge, el subsecretario de Enlace Legislativo; David Galván Cázares; el encargado de despacho de Protección Civil Estatal, Carlos Jesús Arias; el vocal ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua, René Francisco Luna Suguich; el representante de Sagarhpa en los municipios del Río Sonora, Roberto Contreras; así como Irma Potes y Víctor del Castillo Alarcón, representantes del Grupo México.

En la reunión estuvieron también los alcaldes  de San Felipe de Jesús, Huépac, Arizpe, Ures, Baviácora y Aconchi, mismos que expusieron que a pesar de ser las autoridades más cercanas a la población, no tienen los recursos suficientes para atender las necesidades ante la contingencia ambiental.

A la que sí vimos llevar ayuda a las comunidades del Río Sonora -por separado, obvio-, fue a Ana Gabriela Guevara; no se diga de los envíos de la también senadora Claudia Pavlovich.

Como ya se sabe, las políticas públicas y los programas de gobierno por lo general son insuficientes, aunque éstos hayan sido diseñados a la perfección. Lo que importa aquí es ejecutarlos aplicando las medidas de prevención en este tipo de situaciones.

Respecto a la Mina Buena Vista del Cobre, a muchos cananenses les consta que sus programas de higiene y seguridad industrial lo aplican bien entre su planta laboral e instalaciones.

Lo que evidentemente falta, es el impacto y la resonancia de estos programas de seguridad e higiene para con la población de Cananea y comunidades aledañas.

En caso de que las demandas civiles sean ganadas por los Ayuntamientos de los municipios del Río Sonora, habrá una recuperación económica para sus habitantes que viven de lo poco que alcanzan a sembrar en sus milpas, del queso que producen con la leche de sus vaquitas o de la pizca del chiltepín que cada vez es más escaso.

Muchos de esos pobladores, aparte de cubrir el mantenimiento de sus casas en sus lugares de origen, todavía tienen que pagar lo que gastan sus hijos en Hermosillo, pues muchos de ellos llegan a la gran ciudad para continuar sus estudios.

En lo personal y durante todo mi recorrido escolar, siempre tuve amigos del Río Sonora o de otros pueblos donde las oportunidades son más escasas que en este ranchón lleno de carros y uno que otro conductor neurótico.

Lo importante ahora, será, el futuro de los pueblos del Río Sonora.

¿Seguirá la migración a Hermosillo o, a otras ciudades del Estado y del extranjero?.

¿O habrá una inversión fuerte que regrese el empleo y la ocupación a sus pobladores?.

En otros años, recuerdo, en Baviácora existió una empresa maquiladora que le daba empleo a 250 personas,  proyecto que se redujo a solo 20 plazas laborales, según me comentaron recientemente.

La pobre indemnización que supuestamente entregó la Mina Buena Vista del Cobre por un monto de 500 mil pesos a cada Ayuntamiento, es una cantidad sumamente ridícula que seguramente no les va a alcanzar a las autoridades y comunidad en general.

De hecho, el alcalde hermosillense, Alejandro López Caballero, anunció que se sumará a este reclamo, aunque nuestra ciudad sea la menos perjudicada por ese incidente.

El hecho de llevar solamente agua embotellada a los pueblos del Río Sonora, no resuelve del todo la situación.                                                      

Personas originarias de esta región me decían que también ocupan comida, pues mucha verdura proviene precisamente de las milpas afectadas por la contaminación del agua.

Y en el caso de los productos de abarrotes, es obvio que ya se agotaron por suplir, precisamente, a los alimentos naturales de la región.

A PROPOSITO, la ley debería ser más severa con las instancias de Gobierno de cualquier nivel, las cuales ante su evidente negligencia, perjudican a la gente y provocan esfuerzos extraordinarios de la oficina de Protección Civil.

Esto lo digo porque a raíz del constante bloqueo carretero en San Pedro El Saucito, las unidades y camiones de Protección Civil han gastado mucha gasolina, recursos materiales y humanos en preservar la seguridad de las personas que no pueden viajar de los pueblos del Río Sonora a Hermosillo y viceversa.

Muchas de las personas que tienen trabajo en Hermosillo, al estar bloqueado el camino tienen que faltar a sus responsabilidades, por lo que sería bueno que el culpable (en este caso la Delegación de la SCT) cubriera el sueldo que seguramente les descuentan  en las empresas donde laboran.

Conociendo al “Zurdo” Hernández Armenta, veo difícil que prospere una gestión de este tipo.

Por lo pronto, hay que anotarle un ¡10! al alcalde, Alejandro López Caballero, quien desde este miércoles ordenó el inicio de los trabajos de un puente adicional de cemento desde El Tronconal hasta El Tazajal.

Esta obra será una opción para cuando se vuelva a bloquear el camino mientras la SCT termina la obra, o que de plano se le caiga el nuevo puente al “Zurdo”, ya cuando esté terminado, pues de muchos constructores es conocido que casi siempre utiliza materiales chafas.

Y si no, revise la obra que ha hecho el “Zurdo” en el servicio público:

Nada.

Que tengan buen día.