El Zancudo. Hasta pronto, amiga
Comienzo esta columna de la manera en que no me gusta comenzarla. Ha muerto Norma Alicia Pimienta, periodista, profesora universitaria, forjadora de hombres y mujeres que hoy inciden, desde sus diversos espacios en los medios de comunicación, en ese cotidiano quehacer que es el periodismo.
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A Norma Alicia le aquejaba un mal desde hace algunos años, que poco a poco le fue segando la coqueta vitalidad, la pertinaz pericia con que sorteó lo bueno y lo malo de esta profesión, hasta que ayer la muerte le arrancó los hilos que la sostenÃan a la vida.
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Me quedo con el recuerdo de las últimas veces que nos vimos, con las alegatas no siempre amables, pero que a pesar de ello siempre terminaban en un abrazo. Con su generosidad a la hora de considerarme para confeccionar la lista de colegas que aparecen entre los entrevistados que aparecen en los dos volúmenes de su libro “Periodismo escrito en Sonoraâ€.
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Me quedo con eso, con su recuerdo, con su guerrera vocación por el oficio y por la vida. Y con unas letras suyas que me duelen mucho este dÃa. “Bueno, mi querido Arturo, sigamos en la misma frecuencia, evidenciando chingaderas y cosas parecidas. Vamos a darnos el lujo de seguir vigentesâ€.
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De su libro titulado “Son Chingaderasâ€.
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Lo leo. Lo releo. Vuelvo sobre esas lÃneas y vuelvo también sobre todos esos meses de agonÃa en que la maestra estuvo defendiéndose de la muerte. Porque también era cabrona, la maestra. Me imagino que a la muerte no le resultó fácil llevársela. No. De hecho, gastó años en el intento y me imagino que hasta el último momento, la maestra le ha de haber quebrado algunas costillas a bastonazos para espantarla. Asà era Norma Alicia. TenÃa una suave mano para el cariño, y un misil en la otra para el madrazo.
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¿Que si tenÃamos diferencias? Un chingo. A veces hasta nos odiábamos. Su formación ‘imparcialera’ era tema recurrente en esas alegatas, pero al final, Norma Alicia siempre se reservó el botón para disparar el misil y optó por el abrazo. Con eso me quedo.
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Ni siquiera tengo ánimo para comentar la forma en que el gobierno de Guillermo Padrés y la empresa a la que entregó buena parte de su vida, la confinaron a esa región en la que deben estar los indeseables. El imparcial no está de luto, está de fiesta porque ha muerto Norma Alicia Pimienta, aunque mañana su obituario sea a plana entera, lo cual sólo refrendarÃa su hipocresÃa.
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No habrá desplegados en el imparcial, porque esos cuestan mucho dinero. Personalmente, me quedo con lo otro. Con sus conversaciones y su encanto. Con las alegatas y los reclamos en un sentido y en otro. Ya pues. Mejor me quedo con ella y las últimas veces que discutimos, fuerte, sobre lo que se estaba haciendo en materia de periodismo en Sonora. Y si viviera, estarÃamos alegando precisamente eso, lo que se está haciendo.
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II
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Me informan que el secretario de Salud, Bernardo Campillo ha comparecido ante la Comisión de Vigilancia del ISAF. Me informan también que no tiene respuestas para las preguntas que le hicieron.
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Me informan que los diputados del PAN decidieron tender un cerco de protección que, suponen, hará pasar al doctor Campillo como el histórico e inédito secretario de salud.
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Me informan también que una vez concluido este sexenio de Guillermo Padrés, no van a hallar dónde meterse.
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III
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Me informan que los diputados del PAN y sus dirigentes, están reciclando el ejercicio de la polÃtica que durante 70 años practicaron los priistas. Y lo están haciendo mal, como todo imitador.
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Me dicen que el discurso de los panistas en el gobierno ha quedado reducido a una discusión sobre quién era más ratero.
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Yo mejor me voy.