A estas alturas, para nadie es un secreto que la carrera política de Guillermo Padrés comenzó con sus simpatías por el PRI. Buena parte de su gabinete tiene el sello tricolor, por militancia o por coqueteo. O por intereses monetarios, desde luego.

 

Manuel Espino Barrientos se jacta de que fue él quien “rescató” del priismo a Padrés, haciéndolo candidato a la diputación local por el PAN en 1994 y de ahí comenzó su carrera política.

 

Mucha agua ha corrido desde entonces. Quizá sea el karma o como quieran llamarle, pero el gen priista de Padrés le está abriendo, con sus yerros, el camino para que el PRI regrese.

 

Vaya paradoja.

 

Este domingo 21 de septiembre, a las 5 de la tarde, será ‘tomado’ el Palacio de Gobierno en Hermosillo, Sonora.

 

Varias organizaciones sociales, políticas, sindicales, entre las que se cuentan los llamados ‘Malnacidos’ (un movimiento generado a raíz del cobro de tenencia en 2013); sindicatos universitarios y otros afiliados a la CTM, así como el Movimiento Ciudadano por el Agua (de Ciudad Obregón) y desde luego integrantes de la tribu yaqui, realizarán esta toma simbólica cuya demanda central es el juicio político al gobernador Guillermo Padrés Elías y la liberación de Mario Luna Romero, indígena a quien consideran un preso político de la actual administración estatal.

 

Las últimas semanas han sido negras para el gobernador, que un día sí y otro también es exhibido en la prensa local y nacional, ya por la presa particular que construyó en su rancho con recursos que ya están siendo investigados; ya por sus pleitos con los delegados federales; ya por sonados casos de corrupción, falsificación de documentos, tráfico de influencias, abusos de poder.

 

A menos de un año de que concluya su sexenio, a Guillermo Padrés se le está viniendo el mundo encima. Después de que en dos ocasiones el secretario de Gobernación le cancelara sendas citas (la primera vez, descalificándolo como interlocutor debido a sus desplantes), tuvo que pedir auxilio a los legisladores federales panistas, para que le ayudaran a tocar la puerta del gobierno federal, amenazando con una ruptura en la que ya no apoyarían las reformas del presidente Enrique Peña Nieto.

 

La amenaza se antoja tardía, pues las reformas ya fueron aprobadas (con el aval del PAN, por cierto, en un 90 por ciento), y lo que faltan son asuntos de mero trámite. Aun así, la reunión con el secretario de Gobernación se realizó ayer y Padrés fue acompañado del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero y Ricardo Anaya, coordinador de los diputados federales de ese partido.

 

Un boletín de la Secretaría de Gobernación indica que el tema tratado en esa reunión fue el de la contaminación en el Río Sonora, pero extraoficialmente se supo que de lo que menos se habló allí fue de eso y, antes bien, de lo que se trató fue de ver cómo se recomponía la deteriorada relación entre el gobierno estatal de Sonora y el federal.

 

Muchos, demasiados fierros en la lumbre son los que tiene el gobernador en estos momentos y muchos también son los que afirman que la federación lo tiene en la mira, sobre todo por asuntos relacionados con un desaseado manejo de las finanzas públicas, que aparecen en números rojos, mientras brotan por doquier los casos de enriquecimiento súbito de él y de varios de sus familiares y allegados.

 

Ayer viernes trascendió, por ejemplo, que ya se encuentra en Hermosillo un equipo de auditores de la SHCP, para investigar lo relacionado con CP3, la sociedad financiera señalada como “divina”, a través de la cual se compran deudas del gobierno del estado con proveedores al 70 por ciento, y se cobran al cien, lo que retribuye cientos, si no es que miles de millones de pesos.

 

Peleado con la federación, exhibido dramáticamente como un gobernador corrupto, y objeto de la repulsa ciudadana, a Guillermo Padrés le esperan días aciagos en lo que falta de su sexenio.

 

La movilización del domingo próximo es una muestra de ello. Pero si algo faltara, en Ciudad Obregón se está convocando a una mega marcha para el diez de octubre, exigiendo la liberación de Mario Luna. Este no es un asunto menor. Los convocantes a esta marcha, en su mayoría integrantes del Movimiento Ciudadano por el Agua, conocido mejor como “No al Novillo”, ya han dado muestras de su capacidad de movilización.

 

En Obregón, donde el panismo se encuentra vapuleado en preferencias electorales (3 a 1), ya han organizado marchas que convocan entre 25 y 30 mil ciudadanos. De aquí al 10 de octubre, tienen tiempo suficiente para organizar algo similar.

 

Son tantos, y tan diversos los frentes que el gobernador ha abierto contra todas las fuerzas políticas en aras de cuidar a su reducido grupo de amigos (por los que ha confesado, tiene una especial debilidad), que desde hace meses se ha olvidado de gobernar. El tiempo se le pasa capeando el temporal y persiguiendo opositores, mientras la gobernabilidad va a la deriva.

 

Por supuesto, eso ha sido capitalizado por el PRI, la principal fuerza de oposición en Sonora, al que le basta con tirar al aire un dardo señalando la corrupción del gobierno, para dar en cualquier blanco.

 

Le ha servido todo esto al PRI, para reagruparse, levantándose después de aquella jornada de 2009 en que fue echado de Palacio de Gobierno, después de 80 años de gobiernos ininterrumpidos.

 

El viernes, por ejemplo, la senadora Claudia Pavlovich reunió a más de diez mil personas en un encuentro impresionante, donde el eje de su discurso fue el ataque a la corrupción del así llamado nuevo Sonora. “El dinero sí alcanza cuando no se lo roban”, fue una frase que sintetiza el sentimiento generalizado hacia un gobierno que ha fallado escandalosamente.

 

Lo de la Unión Ganadera, donde se llevó a cabo este encuentro, fue un mensaje clarísimo: mientras el PAN-Gobierno dedica la mitad de sus energías en defenderse, aclarar, desmentir y capear el temporal de madrazos, y la otra mitad a seguir peleándose con cualquiera que diga que no es cierto que van bien, que van muy bien, el PRI va por la vida sonorense bateando elevaditas y capitalizando la debacle del padrecismo.

 

Vaya paradoja. El rabioso discurso de los personeros del padrecismo contra el PRI y sus anteriores administraciones, en los hechos está pavimentando el camino para que el PRI regrese al poder.

 

Es decir, si en 2015 el PAN en Sonora es derrotado, en una muy buena medida eso no sucederá porque el PRI represente la mejor opción, sino porque el negro pasado del priismo, contrastado hoy con el así llamado ‘gobierno de la alternancia’, resulta una congregación de Carmelitas Descalzas, si se le compara con la rapiña que el equipo de Guillermo Padrés ha hecho sobre Sonora.

 

Qué pena. En fin, nos vemos el domingo en la Plaza Zaragoza, frente a Palacio de Gobierno, para  cubrir esa nueva movilización contra el gobierno de Guillermo Padrés Elías, que ya no siente lo duro, sino lo tupido.

 

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