El Zancudo. El Canica

2014
El Zancudo. El Canica
     

Por Arturo Soto Munguia

 

Cuenta la leyenda que en alguna parte del país había un muchacho al que apodaban “El Canica”.

 

Todo iba muy bien con él, excepto que no le gustaba su apodo. Se encabronaba tanto cuando le llamaban “El Canica”, que una vez vio morir a su mejor amigo, ahogado en una alberca (cuando se hizo este chiste no se sabía de las presas), y se negó a salvarlo porque le gritaba por su sobrenombre, “El Canica”.

 

Pues cuando “El Canica” vio que uno de sus amigos se estaba ahogando, se negó a salvarlo, porque le gritaba por su nombre y cuando ya estaba bajo el agua, lo único que sacaba como señal de auxilio era la mano, haciendo la seña de disparar una canica. Escondiendo el pulgar entre su mano y sacándolo repetidamente, como queriendo impulsar la canica. Pero fue demasiado tarde.

 

“El canica” se negó a salvarlo.

 

Son, claro, situaciones extremas, pero muy adecuadas para medir los ánimos de la política local.

 

¿Quiénes se salvan, quiénes se ahogan?

 

Es un misterio.

 

Providencialmente, al gobernador Guillermo Padrés se le atravesó el 75 aniversario del PAN, como tablita de salvación, bocanada de aire en el embravecido mar de críticas en el que naufraga lastimosamente desde hace varios meses. La canica, pues.

 

Fue la oportunidad para el derroche. La activación del aparato estatal para movilizar miles de ciudadanos de varios municipios del estado, y desde luego de la capital, Hermosillo, para juntarlos en el estacionamiento del estadio Héctor Espino, que debe ser de tristes recuerdos para los panistas.

 

Allí cerró su campaña Ernesto Cordero, también rodeado de una ruidosa parafernalia que el día de la elección interna por la candidatura presidencial 2012, se hizo humo, se volvió nada, al ser derrotado por Josefina Vázquez Mota. Y luego, en la constitucional, el PAN se derrumbó desde Los Pinos hasta la tercera fuerza política en el país.

 

Pero bueno, al gobernador y su gente le hacía falta un espacio así, un foro en el que pudieran desahogar toda la rabia contenida, toda la desesperación frente a la andanada de cuestionamientos, acusaciones, críticas que se les vinieron encima después de varios años de cometer los mismos errores, que hoy los tienen en calidad de indiciados de facto, frente a investigaciones del gobierno federal sobre el desastre administrativo-financiero de su gobierno.

 

Los padrecistas se fabricaron su escenario a modo. Echaron la casa por la ventana. Desplegaron todos los recursos con los que cuentan para reunir a unas diez mil personas -ellos insisten en que fueron 20 mil, pero ya se sabe cómo se las gastan a la hora de difundir mentiras-, y le pusieron al gobernador el micrófono para que se desahogara.

 

En la voz le antecedieron la diputada Mónica Paola Robles y el dirigente estatal del PAN, Juan Bautista Valencia Durazo. La parte central se sus discursos giró en torno a llamados desesperados a la militancia para que no se avergüencen de ser panistas; para que no crean todo lo que se dice de ellos, para que levanten la mirada…

 

Llamados que resonaban sólo entre los que allí, cargaban sus sentimientos de culpa. El resto, los miles de acarreados que fueron llevados para servir de escenografía a las arengas, tenían sus preocupaciones puestas en otras partes. En cómo resolver su vida al día siguiente, por ejemplo.

 

El foro fue, sin embargo, inmejorable para un gobernador que se sintió en el ambiente que mejor le sienta: el de un activista plazuelero que, micrófono en mano, despotrica, arenga, cuestiona, amenaza, promete. A Guillermo Padrés, definitivamente, ya no le importa el cuidado de las formas: anda en campaña arengando y prometiendo. Y eso lo sabe hacer muy bien. Gobernar no, a eso no le entiende mucho, pero el mitin plazuelero es, sin lugar a dudas, lo suyo.

 

Eso le dio resultado en 2009, pero después de estos cinco años el estado de cosas ha cambiado notablemente y hay serias dudas de que le sea suficiente.

 

En general, el evento del sábado fue un buen intento del padrecismo para recuperar un poco de la autoestima perdida. Un remanso para sus angustias, dudas y persecuciones. Un ejercicio de reconstrucción de realidades virtuales, tan necesarias para la autocomplacencia, cuando los acorralan sus propias culpas.

 

Muy triste el caso, cuando esas arengas triunfalistas tienen como cimiento una encuesta ‘patito’ que dice que el PAN va arriba en las preferencias. Pero bueno, tras cinco años de estar actuando en el universo paralelo donde todo va bien, va muy bien, no tiene por qué ser diferente en el ocaso del sexenio.

 

El número de asistentes es irrelevante en las actuales condiciones. Para ser gobierno y contar con las arcas estatales y algunas municipales abiertas, da igual si fueron diez o veinte mil. Esa muchedumbre puede reunirla, sin tener el aparato estatal a su servicio, el senador Ernesto Gándara Camou, como seguramente lo demostrará este lunes, al rendir su segundo informe de trabajo.

 

Ya la senadora Claudia Pavlovich dejó constancia de que puede reunir entre diez y 15 mil personas para un encuentro con los ciudadanos, y el propio Jesús Alberto Cano Vélez ha tenido encuentros multitudinarios como el que recientemente se realizó en Nogales

 

Por cierto, este lunes a las seis de la tarde, en el Expo Fórum de Hermosillo, El Borrego rendirá su segundo informe de trabajo como senador por Sonora. Se espera una asistencia más que nutrida, pero sobre todo, de calidad en cuanto a los invitados especiales.

 

Como en el caso del evento del PAN, no quisiera detenerme mucho en el número de asistentes, que seguramente serán muchos. Creo que de lo que hay que estar más atentos, es del discurso que pronunciará el hombre que hoy por hoy, encabeza todas las encuestas serias, las que se tienen en los escritorios de los que realmente deciden en el país. De eso sí hay que estar pendientes, porque arrojará muchas señales hacia adentro de su partido, y por supuesto, hacia los sonorenses que cada vez están más atentos de lo que sucede en su entorno.

 

II

 

Ayer se llevó a cabo una reunión de perredistas en la Sociedad Sonorense de Historia, en Hermosillo. Se supone que era una reunión del Consejo Estatal del PRD para renovar la dirigencia estatal, pero no tuvo un buen fin.

 

Los consejeros de la Nueva Izquierda, corriente que encabeza Carlos Navarro López, abandonaron la reunión por la sencilla razón de que fue ilegal. Es decir, no fue convocada ni en tiempo ni en forma, de acuerdo a los estatutos de ese partido.

 

Los que se quedaron en ese encuentro dieron un albazo. Eligieron a José Guadalupe Curiel como el nuevo dirigente estatal, pero resulta que en la elección interna, el profesor Curiel, reconocido por propios y extraños como el más padrecista de todos los perredistas (superando incluso a Alcira Chang, de triste memoria en la actual legislatura), fue el que obtuvo menos votos en la elección interna. De hecho, Curiel tiene, en el Consejo Estatal, sólo 10, de cien consejeros.

 

Ayer por la noche hablé telefónicamente con Carlos Navarro. Lo único que me dijo es que en la elección interna, la planilla de Nueva Izquierda fue la que más votos obtuvo (3 mil 487), mientras que la de Curiel se ubicó en el cuarto lugar. Es decir, apenas ganó poco más de un centenar de votos.

 

Aun así, ayer se realizó esa reunión, que pretendió ser del Consejo Estatal del PRD, pero que no fue convocada conforme a los estatutos del partido. Y en esa reunión le levantaron la mano a José Guadalupe Curiel como dirigente estatal.

Lo que Navarro López me dijo es que van a impugnar en el Trife los procedimientos de esta reunión, que no se apegó a estatutos ni reglamentos internos, así como en la Comisión de Garantías y Vigilancia del PRD nacional.

 

Y ya no me quiso decir más.

 

Pero El Zancudo, que modestamente tiene algunas fuentes en la dirigencia nacional perredista, hizo contacto ayer mismo con ellas.

 

Me dicen que tienen bien ubicado el origen de esta maniobra. Que Adrián Espinoza (en el DF no sabían la anécdota de los ‘cuervos apocalípticos de la desesperanza’) estuvo hospedado en el Hotel Del Sol, donde también estaban los perredistas-padrecistas, y desde allí operó todo para levantarle la mano a Curiel.

 

En la dirigencia nacional del PRD, me dicen, tienen también muy claro que en Sonora, el PRD no va en alianza con el PAN. Que también tienen sus servicios de inteligencia y que detectaron a Adrián Espinoza con un maletín lleno de billetes, repartiendo a diestra y siniestra.

 

Que Madero se va, que Juan Valencia se va. Eso dicen en el centro del país. Que Padrés está cada vez más solo. Y que en Sonora, el PRD no va en alianza con el PAN, de ningún modo. Eso también dicen.

 

PD.- Adrián Espinoza es el ‘operador político’ de Guillermo Padrés que más fracasos le ha acarreado. Sus huestes de exportación a otros estados han cobrado fama porque a cada misión que son enviados, los atrapa la policía en labores de mapachería.

 

Tan urgido anda Padrés, en estos días, que rescató a ese muchacho para hacer labor de zapa en el PRD. En los días que vienen, se sabrá acerca de la eficiencia de los mapaches padrecistas, o si los maletines llenos de billetes con los que operó la elección de Curiel, realmente llegaron a los perredistas, o de nueva cuenta, el cuervo apocalíptico se los quedó para un nuevo viaje por Europa…

 

En fin, como dice la Biblia, veremos cosas peores…

 

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