Por Arturo Soto Munguia

36 horas antes de vencer el plazo para dar de baja a los agentes policiacos y personal administrativo de las instituciones de seguridad pública que no aprobaron los exámenes de control y confianza, en Sonora casi tres mil de ellos fueron echados a las calles.

Fueron catalogados como ‘bajas’ en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y sus expedientes subidos a Plataforma México, donde aparecen todos aquellos con órdenes de aprehensión, antecedentes penales, datos sobre vehículos robados y demás delitos.

De acuerdo con la ley, los despedidos no podrán ser contratados en corporación policiaca alguna, ni como policías auxiliares y ni siquiera como personal de agencias de seguridad privada.

Este jueves a las 23:59 horas, vence el plazo para que todos los policías municipales, estatales y federales del país, así como administrativos de esas dependencias, que no hayan aprobado los exámenes aludidos sean dados de baja. Pero en Sonora el secretario de Seguridad Pública, Ernesto Munro Palacio se adelantó.

Desde temprana hora este miércoles, personal administrativo del C4 a cargo de Javier Dagnino, fue concentrado en el Centro Espejo. Allí se les entregaron los expedientes de casi tres mil policías municipales, de la Estatal Investigadora y de la Estatal de Seguridad Pública, así como administrativos. Uno por uno fueron pasados al despido.

Todos ellos van para afuera de las respectivas corporaciones policiacas. Pero hay un pequeño problemilla. Sus bajas se realizaron sin haber realizado el procedimiento previo y sin la sentencia de un juez; sin una orden judicial. Eso presupone responsabilidades administrativas y hasta penales, que ya se están litigando en tribunales, donde por cierto ya hay jurisprudencia en ese sentido, como veremos más adelante.

El asunto se mueve en dos planos y en ambos es igualmente grave.

Por un lado, lo que se considera un acto ilegal, al despedir a los agentes sin notificación previa; sin la sentencia de un juez y sin haber realizado un procedimiento que debió iniciar desde hace un año para prepararlos rumbo al examen de control y confianza. Ese procedimiento no se realizó en muchos casos, por falta de recursos, según denuncian algunos agentes.

De hecho, los agentes de la Policía Estatal Investigadora a quienes se les aplicó en examen en la ciudad de México, tuvieron que viajar allá con sus propios recursos, porque la Procuraduría de la que dependen les negó viáticos.

Quienes sí hicieron el examen en Hermosillo fueron agentes de la Policía Estatal de Seguridad Pública, ya que esos exámenes fueron aplicados en el C4.

De acuerdo con datos obtenidos por esta columna, en el transcurso de este año 70 policías de diferentes corporaciones habían sido dados de baja, pero se ampararon y siguen trabajando debido a que obtuvieron una suspensión provisional.

14 de esos casos se fueron hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde ganaron los amparos y se sentó jurisprudencia en el sentido de que no podían ser despedidos de sus trabajos sin haberlos notificado antes y sin iniciar un proceso administrativo en ese sentido.

Nada de eso se hizo, por lo que se avecina una serie de litigios que  pudieran durar entre uno y dos años, lo cual favorece de alguna manera a la actual administración, que ya no estará en funciones para el año que entra.

Por otro lado, echar a la calle a miles de policías de las diferentes corporaciones en Sonora, dibuja un panorama crítico en materia de seguridad pública, un rubro que de por sí aparece deficitario.

Hay casos espeluznantes. Por ejemplo en Santa Ana, cuya Policía Municipal contaba con 34 agentes, se quedó con 13, ya que 21 fueron dados de baja.

El municipio de Altar, que tenía 12 policías municipales, hoy no cuenta con ninguno. Todos fueron echados.

En Hermosillo, unos 200 agentes de la Policía Municipal se irán a la calle.

En la Policía Estatal de Seguridad Pública, 97 elementos causaron baja.

En la Policía Estatal Investigadora, 248 agentes dejaron de prestar sus servicios a partir de hoy.

De 38 comandantes que tenía la Policía Estatal Investigadora, 35 fueron cesados.

A todos ellos se les retira su permiso de portación de armas; se les da de baja en el Sistema Nacional de Seguridad Pública y sus datos son ‘subidos’ a Plataforma México.

De acuerdo con la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, ninguno de ellos podrá volver a laborar en corporación policiaca alguna, en ningún estado de la República. Ni siquiera podrán ser contratados como policías auxiliares o en alguna empresa de seguridad privada.

En algunos casos, tendrían que ser indemnizados, pero en las condiciones en las que se encuentran las finanzas de la Secretaría de Seguridad  y la Procuraduría (se sabe que no hay dinero ni para cargar gasolina a las unidades), tal indemnización es una quimera.

¿Qué va a pasar con todos ellos? Es un misterio.

Según el decreto respectivo, publicado el 29 de octubre de 2013, los estados debieron presupuestar recursos para la evaluación y eventual despido de agentes y personal administrativo en las instituciones de seguridad pública.

Lo anterior, en previsión de lo que se veía venir desde hace un año. Pero al menos en Sonora, esto no sucedió y lo que tenemos, ya, a partir de ahora, son 3 mil agentes de policía y personal administrativo de esas instituciones, sin trabajo.

PD.- La seguridad pública en todo el estado está en crisis. La delincuencia organizada hace de las suyas, pero en la cotidianeidad de barrios y colonias, la delincuencia desorganizada, esa que trabaja de día y de noche atentando contra la vida y el patrimonio de los ciudadanos, está en jauja.

Anoche mismo, mientras redactaba estas líneas, hubo un episodio de robo con violencia en mi domicilio. Avisamos a la Policía Municipal, que llegó suficientemente rápido para aprehender al ladrón y llevárselo a la cárcel.

Desde este espacio, quiero hacer un reconocimiento a esos agentes que día a día se juegan su propia vida en un trabajo dificilísimo. Hay de todo en las corporaciones, usualmente vilipendiadas en los medios de comunicación. Pero también hay hombres y mujeres valientes que hacen su trabajo con verdadera vocación de servicio. Para ellos, el reconocimiento sincero. 

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