Bisturí. Orestes Beltrones: ¡Es Claudia!

2014
Bisturí. Orestes Beltrones: ¡Es Claudia!
     

El sábado pasado se organizó una espontánea reunión de amigos en un sitio de diversiones muy concurrido de Hermosillo. El encuentro fue casual. Nadie había quedado de verse en ese lugar.Y aprovecharon para intercambiar opiniones sobre la sucesión gubernamental. El grupo centraba su atención en una de las personas. La pregunta a ese personaje no se hizo esperar: ¿Oye, y quién será el candidato? Orestes Beltrones sonrió. Sabía que ojos y oídos de los presentes estaban atentos a sus gestos, a sus palabras. Pausadamente pero con énfasis, soltó: ¡Es Claudia!

La confidencia del hermano de Manlio Fabio Beltrones fue compartida a Bisturí por uno de los presentes en esa reunión de amigos. Esa escena formó una especie de concatenación en diferentes espacios. Los actos estaban unidos a un escenario, aún hipotético, pero que a cada momento cobra mayor fuerza: La senadora Claudia Pavlovich Arellano ya se puede considerar como futura candidata a gobernadora de Sonora por el PRI.

Por ejemplo, en cerrados círculos de amigos de Javier Gándara Magaña, de integrantes del poderoso grupo cajemense Yaqui Power y de la propia senadora, el comentario fue uniforme, coincidente: Es Claudia.

Mientras, en espacios gubernamentales ya se adelanta un rumor que podría cobrar fuerza de un momento a otro: Ernesto Gándara Camou será Secretario del Trabajo, en lugar de Alfonso Navarrete Prida (uno de los apoyos que tiene el sonorense en el gabinete presidencial), quien a su vez iría a la Secretaría de Gobernación.

Al mismo tiempo en tierras cajemenses circula una especie que ya consideran inminente: Los “borreguistas” estarían por abrirse con Claudia, igual que la CTM.

Por eso, los dos actos que tiene programados Claudia Pavlovich, para Ciudad Obregón y Hermosillo, son muy cuidados en su organización porque se pretende convertirlos en “destapes” y plataformas de lanzamiento para su próxima campaña. La instrucción es convertir esas concentraciones en actos de apoyo monumentales. La sugerencia viene de muy arriba.

Por lo pronto el equipo de Claudia ya giró la invitación al encuentro que sostendrá la senadora con militantes priistas y sociedad civil del Estado, el jueves 30 a las 18:00 horas en la explanada del estadio de beisbol Tomás Oros Gaytán de Ciudad Obregón.

Del magno acto que preparan en Hermosillo no tenemos fecha ni lugar, pero la coordinación de esa concentración está a cargo de Flor Ayala Robles Linares, quien así busca ganarse el liderazgo de la bancada priista en la próxima legislatura local. Esta posición, claro, refleja la alianza formada con el grupo político del ex gobernador Eduardo Bours.

Pero en la mente de muchos políticos está la reunión sostenida entre Manlio Fabio Beltrones y Ernesto Gándara Camou, que hizo circular el equipo del senador. De ese encuentro, nuestro reducido pero efectivo equipo de inteligencia ofreció sus conjeturas: Haz de cuenta que “El Borrego” fue a dar explicaciones no pedidas.

Bueno, Manlio tiene fama de que le gustan algunas frases que normalmente utiliza en sus argumentos, como por ejemplo: Explicaciones no pedidas, culpabilidad manifiesta.

De acuerdo a nuestros informantes, Manlio apapachó a Ernesto y le dijo que siguiera adelante, ya que esto no está decidido. Las cosas se definirán, finalmente, hasta finales de noviembre.

Este difícil momento que vive el senador Gándara es por el golpe que recibió de la campaña orquestada en su contra que muestra una supuesta relación con su ex colaborador Rafael Humberto “El Gordo” Celaya, preso por delitos de narcotráfico. Fueron dos volantes de esa campaña, de 400 mil hojas cada una, y 300 mil llamadas telefónicas de una engañosa encuesta en la que pedían opinión sobre Ernesto y su amigo narco. Una de esas llamadas se registró en la propia casa del senador. La campaña fue impactante, demoledora, sobre todo en estos momentos en que el poder presidencial luce debilitado a nivel internacional por la narcopolítica y sus funestas consecuencias.

Hay que admitirlo: Manlio está jugando con los tiempos políticos en forma magistral. Esto hace recordar cuando perdió su bigote en una apuesta con su compadrito del alma, Emilio Gamboa. Fue cuando Beltrones apostó a que su amigo Héctor Larios llegaría a la coordinación panista del Senado. Y el primer secretario de Gobierno con Guillermo Padrés perdió. Entonces, Gamboa soltó un nuevo reto: te doy chance a que te crezca el bigote para apostar sobre la candidatura a gobernador en tu tierra. Con el estilo que lo caracteriza, Manlio arqueó una ceja y con firmeza replicó: Esa apuesta no me la ganan… ni tú ni nadie.

En estos episodios concatenados, también el sábado pasado se organizó una reunión de amigos por rumbos de La Victoria (un ejido cercano a Hermosillo) en la que un grupo de médicos ofreció una carne asada al senador Ernesto Gándara. Se dieron cita unos 300 comensales, 200 de ellos médicos. Testigos reportan a un Gándara de mal talante. Incluso hubo un pequeño desaguisado con uno de los organizadores. Y cuando alguien pidió una foto de grupo en el que se encontraba un hijo del “Chito” Celaya, el senador nomás volteó la cara y lució un rostro desencajado. Fue elocuente el nooooooo.

El caso del “Gordo” Celaya ya pasó. Pero todo hace suponer que insistirán en tener a un senador en apuros: A Ernesto Corella Aguilar (cercano al senador Ernesto Gándara, quien cumplía o cumple labores de asesoría), considerado como una especie de cerebro financiero, le podrían revivir el caso Casa Blanca por el que estuvo en prisión.

De acuerdo a la causa 295/99, la PGR registra en sus archivos que agentes de la Policía Judicial Federal Antidrogas, adscritos a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud, cumplimentaron la orden de aprehensión librada por el juez Tercero de Distrito en el Estado de México, en contra de José Ernesto Corella Aguilar, como probable responsable de los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa.

La llamada Operación Casa Blanca, dada a conocer públicamente en 1988 por Estados Unidos, fue la culminación de una investigación encubierta efectuada por agentes estadounidenses en territorio nacional y que llevó a la cárcel a una docena de funcionarios bancarios mexicanos de nivel medio que participaron en operaciones irregulares para presuntamente “lavar” dinero.

En esa operación fue detenido Corella Aguilar, quien fue encarcelado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande. Fue liberado dos años después gracias a las intervenciones de Ramón Corral Avila y el arzobispo emérito de Hermosillo, Carlos Quintero Arce.