Vueltas que da la vida. Los procesos de selección de candidatos a gobernador por parte del PRI el PAN podrían traducirse en oxígeno puro para un PRD que estaría levantándose de la lona y disputando palmo a palmo el tercio mayor en una elección donde llevaría como abanderada a la senadora Ana Gabriela Guevara.

 

No es un sueño guajiro. Los fríos números y la caliente coyuntura así lo indican.

 

Con la designación de la senadora con licencia Claudia Pavlovich Arellano, el priismo y muy buena parte de la sociedad sonorense que daba por un hecho la postulación de su homólogo en el Senado, Ernesto Gándara Camou, sufrieron un duro revés y el desencanto puede ir de menos a más, si el equipo de Claudia no opera con generosidad en los días que están por venir.

 

En los más recientes estudios de opinión, Claudia Pavlovich aparecía separada unos cuantos puntos de Javier Gándara; en algunos arriba, en otros abajo. Sería interesante conocer los números más actualizados, para ver de qué forma impactó el hecho de haber dejado al “Borrego” Gándara en el camino.

 

Por su parte, el empresario harinero no deja de trabajar, pero algunas cosas se le están complicando en su precampaña, especialmente aquellas que tienen que ver con el timón de la misma, pues reportan muchos capitanes y muy pocos marinos, lo que se ha traducido en ciertos errores de cálculo, como ese de tapizar con pendones las ciudades, algo a lo que el propio precandidato ordenó recientemente dar marcha atrás.

 

El episodio de la detención de unos jóvenes universitarios que retiraban esos pendones, a cargo de policías municipales derivó en un zafarrancho videograbado que circuló profusamente en las redes sociales, y posteriormente en una ‘toma por asalto’ a la sede de la Procuraduría de Justicia. A querer y no, eso le pega al precandidato y lo enemista con una parte del sector universitario.

 

La actual senadora Ana Gabriela Guevara obtuvo en el pasado proceso electoral unos 200 mil votos de los sonorenses. Hoy, en las encuestas aparece como la que tiene un mayor nivel de menciones, si bien el partido que eventualmente la podría lanzar como candidata a la gubernatura atraviesa por una de sus peores crisis, pero de eso hablaremos más adelante.

 

Como candidata al senado en 2101, Ana Gabriela alcanzó el 26 por ciento del a votación, postulada por un partido que apenas rebasó el 3 por ciento. En un escenario de competencia entre Claudia Pavlovich, Javier Gándara y la ex velocista nogalense, quien alcance el 34 por ciento de los votos gana. Es decir, Ana Gabriela puede hacerlo, especialmente si capitaliza el desencanto de una buena parte de la sociedad que no ha visto con buenos ojos los procesos internos en el PRI y el PAN.

 

De esto conversamos un poco ayer con el diputado perredista Carlos Navarro López, quien de entrada nos dijo que la Gacela de Nogales está puesta para arrancar en el momento en que los perredistas terminen de acomodar sus fichas en el desordenado tablero que aparece hoy, producto de las pugnas internas.

 

Le preguntamos sobre los retos que representa enfrentarse a los grandes aparatos del PRI y el PAN, a su enorme flujo de recursos humanos, pero sobre todo financieros, y nos dijo que si eso fuera un factor determinante, el PRD no hubiera ganado una sola elección en el país, donde siempre han enfrentado eso.

 

“No vamos a competir en eso. No vamos a competir a ver quién reparte más despensas, más cemento, varillas y cosas de esas. Vamos a hacer una campaña de acercamiento constante con toda la población, vamos a tocar todas las puertas y a caminar todas las calles”, apuntó.

 

En cuanto a la estructura del PRD, que esta vez irá aliado con el PT en Sonora, precisó que en otros procesos electorales se ha cubierto hasta el 80 por ciento de las casillas, y si se privilegian las de mayor afluencia de votantes se tendrá una cobertura suficiente para vigilar el proceso electoral.

 

Claro, antes de todo eso, tendrían que resolver el conflicto interno por el que pasan, y que en estos días tiene nuevos episodios. De entrada, la Comisión Provisional ya tomó el mando del partido. Incluso llegó con un notario público a la sede perredista en Hermosillo, para hacerse cargo del edificio, cambiando todas las chapas de las puertas, para desalojar a la dirigencia que encabeza José Guadalupe Curiel.

 

(Por cierto, como apunte, señala que no encontraban notarios públicos disponibles, porque los priistas estaban en el registro de Claudia Pavlovich, y los panistas tienen instrucciones de no prestar sus servicios al PRD en esta coyuntura. “Una de las demandas en la campaña será que por lo menos nos otorguen dos notarías públicas para casos como este”, acotó en tono de broma).

 

Ayer mismo, las huestes de Curiel anunciaron que realizarán una caravana al Distrito Federal para denunciar a su dirigente nacional Carlos Navarrete, por haber impugnado la alianza que ellos se habían planteado con el PAN, y por haberlos desconocido como dirigentes.

 

“La alianza con el PAN no va. La única alianza que tenemos es con el PT, y sobre ella vamos a trabajar”, sentenció.

 

Así pues, mal harían quienes desdeñen la posibilidad de que Ana Gabriela Guevara se meta a la competencia por la gubernatura en Sonora, ya que no sólo es un producto bastante ‘vendible’ (electoralmente hablando) por su impecable y exitosa carrera deportiva, sino por un elemento que puede pesar mucho en estos momentos.

 

Ana Gabriela representa el perfil de una política no tradicional; se acerca más al perfil de una candidata ciudadana que podría ser depositaria del voto del desencanto y el voto de castigo que se viene acumulando entre gente que tradicionalmente votaba por el PRI o el PAN.

 

Y sí. En un escenario donde la votación se divida en tres tercios, quien alcance el 34 por ciento de los votos, gana. Ojo.

 

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