Bisturí. Fuego Amigo a la vista 

2015
Bisturí. Fuego Amigo a la vista 
     

Claudia Pavlovich está por superar la primera prueba de su administración: La falta de liquidez, ese preciado combustible que permite hacer rodar la pesada rueda de gobierno. Aparentemente, después se facilitarán las cosas y con calma diseñar la estrategia a seguir para promocionar los clásicos primeros100 días de un gobierno que cumple su promesa de castigar a los corruptos que saquearon Sonora. Pero la misma historia nos enseña que es precisamente en esta etapa cuando salen a relucir los ataques entre los principales colaboradores del régimen en turno, un entretenido ejercicio popularmente conocido como Fuego Amigo. 

Hoy, obviamente, no será la excepción. 

Por lo pronto se observa una especie de reacomodo de las fuerzas internas, las cuales, al responder a diferentes grupos políticos, lucen dispersas, esparcidas en la gruesa nómina de la burocracia. 

Pero no tardan en formar bloques para intentar dañar al compañero de enfrente, al de a lado, al de atrás y a todo lo que se mueva, sobre todo si al objetivo le ven capacidad para disputar un cargo de elección popular. 

Así, cada quien afila machetes y acumula pertrechos, que incluye todo tipo de provisiones, no nada más municiones. 

Los fuertes serán aquellos que administren mayor cantidad de recursos. 

En la primera línea de fuego estará sin duda Ernesto de Lucas Hopkins, la firma principal en la Secretaría de Educación, que aunque aparentemente no controla las principales fuentes de financiamiento, resolverá este problema porque ya lo ha hecho en el pasado reciente y sabe a lo que va. Tiene que responderle, con hechos palpables, a su jefe, el presidenciable Aurelio Nuño Mayer. Si El Pato gana en la lotería sexenal, podrá aspirar a lo que sea. 

En la vanguardia destaca el Secretario de Gobierno Miguel Ernesto Pompa Corella, un factor de poder no precisamente alineado a los intereses de la Secretaría de Educación, compadre y pariente político (está casado con una prima de la gobernadora) de La Jefa. El Potrillo, para cumplir con las expectativas, debe tomar con fuerza los hilos de la política interna, Congreso y partidos políticos incluidos, así como llevar a feliz término la persecución contra Guillermo Padrés y ex colaboradores. 

En este lance se juega su credibilidad el actual régimen. Por ello están obligados a rendir buenas cuentas los titulares del bloque justiciero: Secretaría de Gobierno, Procuraduría, Contraloría y Fiscalía Anticorrupción. 

El futuro político de El Potrillo, a simple vista, depende de los resultados. Si lo acompaña el éxito, podría aspirar a ser parte de la fórmula al Senado de la República. Si logra medianos resultados, a buscar de nuevo la alcaldía de Nogales o apoyar a su primo, El Buitre, para repetir el síndrome Maloro: A la segunda es la buena. 

La lista en el aparato gubernamental luce muy recortada para efectos de proyectos electorales. El resto luce muy apagado o grillado, como en SIDUR. Pero tienen tiempo de recomponer el camino. 

Fuera de proyectos electorales, el tesorero estatal, Daniel Galindo, se ve muy asediado. Y no es para menos en tiempos de crisis. Obviamente esto también genera roces. 

En ese ambiente de preparativos, de afinar estrategias y, sobre todo la mira, reportan que Juan Pedro Robles ya es oficialmente asesor de la gobernadora. Se le ha visto en Palacio pero no se sabe si allí tiene oficina. Hasta donde sabemos, Juan Pedro tendría responsabilidades de seguimiento a políticas públicas y además sería operador mediático. 

¿Estará calentando el brazo para Comunicación Social? 

Quién sabe. 

Pero El Gordo ya está donde quería, cerca de la gobernadora y a ella directamente le reportará sus misiones. Por lo pronto se puede asegurar que es un funcionario de bastante peso. Y sin  temor a equivocarnos. 

Por un carril diferente, con un intencional bajo perfil se observa al presidente del PRI estatal, Gilberto Gutiérrez. Dicen que El Chanate no tiene las mejores relaciones con el equipo compacto de la gobernadora. 

Cierto, no estamos en tiempos electorales, pero no deja de ser el secretario político del régimen. Y, sobre todo, mira a su alrededor desde la frondosa sombra de ese fuerte árbol llamado beltronismo, que no tarda en dar nuevos frutos a sonorenses.