Mireya Félix López, magistrada en el Tribunal Estatal Electoral (TEE) se supone intervino para que su hijo Roberto Carlos Félix López, fuera ratificado como Secretario Ejecutivo en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana.

Ambos simpatizantes del PRI, partido en el poder, que definitivamente son cuestionados por pertenecer a dos instituciones que interactúan sobre todo en temas electorales pero se supone debe existir autonomía total entre ambas dependencias sin embargo el parentesco en línea directa de Mireya y su hijo Roberto Carlos Felix, levanta sospechas de manera natural.

Este tipo de situaciones han dañado gravemente la credibilidad de nuestras instituciones pues debería existir prohibición tajante para que dos familiares directos desempeñen puestos en dependencias en donde claramente se pudiera dar tráfico de influencias en la toma de decisiones relevantes.

Por otro lado, se dice que desde que llegó Roberto Carlos a su puesto en el IEE, se dió a la tarea e despedir de manera injustificada personal que en algunos casos tenían inclusive hasta 15 años trabajando para dicho instituto y sus puestos eran de carácter administrativo y de intendencia que nada tenían que ver en la cuestión política o partidista.

Los mexicanos ya no podemos ni debemos permitir que las instituciones públicas sean utilizadas como agencias de empleo o colocación para familiares, amigos y compadrazgos o compromisos politicos.

Es impostergable la urgencia de revisar el esquema que se utiliza y bajo qué condiciones se dan nombramientos de funcionarios como es el caso de  instituciones en donde se toman decisiones importantes para la vida y el quehacer democráticos del estado y más aún en donde debiera darse la inclusión de los ciudadanos y no nada más de adorno en el pomposo nombre del Instituto.