Entre Balcones. Trabajadores de la maquila, viviendo de milagros

2017
Entre Balcones. Trabajadores de la maquila, viviendo de milagros
     

Miles de obreros que conforman el ‘músculo’ de la industria sonorense soportan pobres salarios, jornadas de esclavos y si se enferman pierden bonos y la ralla les llega casi mocha

Juan Pérez recibió una de las mejores noticias de su vida: su mujer le daba la primicia de que se convertiría en papá por segunda vez. La alegría se la hizo notar a su esposa y familia, aunque por dentro había algo que lo inquietaba: sus ingresos.

Su sueldo apenas supera los 4 mil pesos al mes, de donde tiene que comprar leche, pañales, despensa, pagar renta y servicios básicos. Pensó “no la libro”.

El hombre forma parte de los miles de trabajadores que día tras día, salen de sus domicilios para prestar sus servicios dentro de la industria ya sea automotriz, de alimentos o de servicios, una de las actividades económicas más grandes del estado y en la que sus empleados carecen principalmente de sueldos dignos.

SALARIO MUY MÍNIMO

De acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), en Sonora el salario mínimo diario es de 80.04, con lo cual a una persona le alcanzaría para comprar un kilo de tortillas (18 pesos), un litro de leche (16 pesos), un kilo de huevo (21 pesos) y un kilo de frijol (26 pesos). Con esto comería una familia pequeña por lo menos tres días, eso sin contar el transporte, que por lo menos una persona de la capital del estado gasta 16 pesos al día; el pago del agua (8 pesos diarios), la luz (18 pesos al día) y el resto de la despensa de la canasta básica.

A pesar de que a los trabajadores les parecerán deficientes las condiciones bajo las cuales laboran, para representantes de sindicatos y cámaras no lo son. Tener un sueldo por encima del salario mínimo les parece justo a quienes dominan el gremio, aunque sigan las carencias en el personal laboral.

Según el secretario general de la CTM en Sonora Javier Villarreal Gámez, en la industria automotriz de la Región Noroeste las condiciones de los trabajadores son buenas, los pagos y prestaciones van de acuerdo con las necesidades de los trabajadores, quizá no lo suficiente, pero sí para tener un mejor estilo de vida, esto por lo menos en su gremio, aunque sí manifiesta un interés por incrementar el salario mínimo de los trabajadores y mejorar las condiciones de trabajo.

“En la Región Noroeste de Sonora 80% de los trabajadores, por lo menos los que representamos en la CTM, no cuenta con el salario mínimo; tenemos contratos colectivos, que muchas de las cosas en todos supera por mucho los 80 pesos diarios, que es un salario mínimo decretado”, comentó Javier Villarreal Gámez.

TRABAJADOR Y PADRE

Juan no supera los 30 años y su sonrisa nerviosa revela la inquietud que tiene sobre su futuro. Apenas cumplió un año en la empresa donde se encarga de descargar camiones que llegan con la mercancía para la fabricación de piezas para la industria aeroespacial.

“Voy a ser papá”, confiesa con alegría. Su esposa gesta el sexto mes de embarazo, aún no sabe qué será, pues el doctor les comentó que todavía no se puede observar el sexo del bebé. Su otro hijo acaba de cumplir un año y le gustaría que fuera niña, para tener “la parejita”.

Apenas faltan un par de horas para que entre a trabajar. Acaba de cambiar de turno y le toca entrar al tercero, ese que nadie quiere porque significa laborar mientras otros duermen, sacrificar los fines de semana por “corretear la chuleta”, dejar la fiesta por buscar el pan de todos los días.

“A nadie le gusta (el tercer turno), es andar toda la noche en friega, entramos a las 10 de la noche y salimos a las 6 de la mañana, es una friega, pero no tenemos de otra, hay que trabajar, por eso le doy gracias a Dios que tengo un trabajo”, comentó el joven padre, quien terminó su carrera como profesor pero no ha conseguido una oportunidad en la docencia para ejercer.

La necesidad lo hizo ingresar a un ramo en el que nunca imaginó estar, pero que con gusto acepta ya que de ahí le da de comer a su familia. Por ahora es su único sustento y no le teme a lo que pueda venir, aunque desea algún día tener la oportunidad de estar en las aulas.

“Es lo que hay, no te puedes quedar esperando, algún día se me va a dar la oportunidad y la voy a aprovechar, pero por ahora tengo una familia qué mantener”, mencionó.

Su sueldo no le alcanza para cubrir sus necesidades como familia, por lo que tiene que llevar a cabo otras actividades fuera del horario de trabajo y completar sus gastos mensuales. Es árbitro de futbol amateur, actividad que se ha convertido no sólo en un pasatiempo, sino en una fuente de ingresos extra para su familia.

“Ganamos 153 pesos diarios, son como 1 mil 50 pesos por semana, pero de ahí te descuentan el seguro, el ahorro y el comedor, entonces hazle ¿cuánto me queda?”, comentó el trabajador, quien lleva bien las cuentas y está consciente de que su salario de 1 mil 51 pesos se convierten en mil menos de 400 ya con los rebajes.

A pesar del cansancio, en algunas ocasiones tiene que trabajar tiempo extra, lo cual representa quedarse un turno más. Son ocho horas por 570 pesos, un ingreso que le cae como bocanada de oxígeno, sobre todo cuando toca pagar servicios.

“Es muy cansado (el tiempo extra), porque es quedarte ocho horas más, ya sea todo el día o toda la noche y la mañana, y sólo te dan media hora para comer, no hay descanso, pero a veces salgo raspando los gastos y con eso la libro”, comentó.

Uno de los principales problemas en este tipo de industria son los horarios. Algunas empresas manejan tres turnos y es de lo que más adolecen, de un horario fijo, ya que se tienen que rolar en los tres durante algunas semanas.

Cuando apenas están a punto de acoplarse viene un cambio de horario, lo cual hasta en cuestiones de salud repercute. Dolores de cabeza, náuseas o cambio en el estado de ánimo, son algunas de las consecuencias de estos cambios.

“Sí lo reciente uno, sobre todo cuando andas en el tercero, porque andas desvelado, sales a las 6 de la mañana, te vas a tu casa, y luego te toca andar en el segundo, pues no descansas nada, vas y te duermes un rato, te levantas y otra vez a trabajar, y así son todos en los cambios”, dijo.

Aún con todo esto no pierde el ánimo y ya piensa en buscar otro trabajo o por lo menos durar un año más en donde labora actualmente para tener su casa propia, aunque sea una pequeña, la que le alcance con el mínimo, pero que sea una que adquiera con su esfuerzo, con su trabajo para su familia.

Su vida es apresurada, entre el trabajo y la casa, entre la familia y las desveladas ha tenido un estilo de vida difícil, al igual que otros trabajadores que salen a buscar el pan de cada día sin importar las dificultades que a las que se enfrenten.

CONDICIONES CRÍTICAS

La situación en el sur del estado es más crítica. Los trabajadores ganan la mitad de los sueldos que se manejan en la Región Norte, lo que hace casi imposible sobrevivir al día bajo condiciones de pobreza graves.

Si en la Región Sureste se encuentran condiciones laborales dentro de lo aceptable, sur representa la parte más afectada del sistema laboral estatal con las largas jornadas y el poco pago a los trabajadores.

José Moreno Reyna, abogado laboral, menciona que no se puede comparar a las distintas regiones del estado por sus condiciones, aunque la Región Norte conformada por Hermosillo, San Luis Río Colorado,Nogales y Agua Prieta, cuenta con condiciones laborales aceptables.

“Te puedo decir que sus condiciones de trabajo son buenas porque tiene una mano, le llaman los economistas, ‘mano de obra ya calificada’; yo te diría que en general el trabajador que está en esta región es un trabajador que tiene experiencia en diversas áreas de trabajo, y que los salarios que se pagan en esta región en general son superiores a los dos salarios mínimos en el trabajo formal”, dice.

El sur sigue siendo el lado pendiente de las autoridades, donde se generan miles de empleos pero con poca paga, por lo que especialistas señalan esta zona del estado como la que tiene mayores problemas con sus trabajadores.

No más de 3 mil 500 pesos gana un trabajador de las maquiladoras, mismas que fueron creadas bajo el programa de Industrialización Fronteriza, puesto en marcha en la zona de la frontera entre Estados Unidos y México con el objetivo de traer inversión extranjera.

MUCHO EMPLEO, POCO PAGO

Empleo hay, según comentó, pero la dificultad son los salarios y las condiciones laborales bajo las que se trabaja, sueldos que siguen siendo por encima del salario mínimo, aunque bajos para poder llevar una buena calidad de vida.

“El sueldo varia aproximadamente entre los 3 mil y 3 mil 500 pesos mensuales; hay unos que rebasan y otros en el límite de los 3 mil 100, según como vaya surgiendo los incentivos que tiene las empresas”, agregó.

La creación de empleos y la demanda de trabajadores han originado que exista una rotación constante de personal debido a que si un elemento no se siente a gusto en alguna empresa, es muy fácil conseguir empleo en otra.

“Las compañías han planteado varias esquemas de promoción: en seis meses te dan un bono de 500 pesos, además de que te ofrecen instalaciones gratuitas para disminuir la rotación y es más atractivo permanecer, pero como hay mucha contratación el empleado puede decir ‘ya estoy aquí, me puedo enojar o no me gusta cómo me están hablando, cruzo la calle y me contratan’. Es un beneficio para las personas (el empleo creado), pero sí causa mucha rotación”, agregó.

En Nogales 30% de la población es la denominada “golondrina”, es decir, que emigra a la frontera y ahí se queda para hacer su vida. Son ciudadanos en un 20% del diversas poblaciones del estado, un 15% del sur del país y el resto es gente nacida ahí.

Así es la vida del trabajador de la manufactura: salarios bajos, pocas prestaciones que sirven para sobrevivir, pero no para tener una mejor calidad de vida, por lo que los propios trabajadores señalan que no importa tanto la creación de nuevos empleos, sino la calidad de los mismos.