En reacción a la versión del involucramiento de Carlos Tapia en una posible acción de entregar a Roberto Romero y esposa, el espectro panista se amplía. Ahora, una fuente bien informada desliza que realmente fue Prisciliano Meléndrez quien proporcionó información sobre el paradero del ex secretario de Gobierno de Guillermo Padrés.

O sea que El Prisci habría entregado a Roberto Romero y su esposa, la ex diputada local Mónica Robles, ante el temor de ser detenido por desviaciones del presupuesto en la Secretaría de Gobierno, concretamente en la desaparición de cientos de millones de pesos de la partida 44101 de “Apoyos Sociales a Personas”.

Así, Prisciliano habría optado por negociar su libertad y la de su hijo, Omar, quien está implicado en un cambio de vehículos propiedad del Gobierno de Sonora. Aprovechando la influencia de su padre, Omar se habría llevado a casa un vehículo Chevrolet Tahoe 2015, entregando a cambio un auto ONAPAFFA que tenía en su rancho

Ramón González Olivarría, Enrique Arvayo y Edgardo Amaya, entonces funcionarios de la Secretaría de Gobierno, habrían participado como cómplices de los atracos cometidos durante la gestión de Romero y Meléndrez Barrios.

El temor del Prisci es volver a pisar la cárcel, ya que a mediados de los años 80 purgó una condena de dos años en el penal de Hermosillo. Por eso el trabajo de negociación con personas cercanas al poder, tanto en Sonora como en el centro del país.

Incluso, se comenta que a través de socios y amigos de un político sonorense de alto nivel ha tratado de negociar el perdón de la actual administración estatal y de la Fiscalía Anticorrupción. Los amigos y socios contactados fueron beneficiados en los tiempos en que Meléndrez Barrios fue funcionario de CONAPESCA, a los que apoyó en negocios de acuacultura, cinegéticos y ganaderos. Estos personajes son conocidos en la sociedad sonorense como “Medallitas”

Se dice también que Prisci acudió a la influencia de Diego Fernández de Ceballos y de un pariente cercano de la gobernadora Claudia Pavlovich que trabajó con Meléndrez Barrios en CONAPESCA y después como su secretario particular en su gestión como secretario de Gobierno.

Se especula que este personaje ha puesto sobre la mesa las cabezas de Bernardo Campillo, Mario Cuen, Ricardo Ornelas y Samuel Moreno.

                                 Mucho ruido sin nueces

Mientras, en el Sonora actual llama la atención el exagerado ruido que hacen las autoridades de seguridad con la detención de los autores del crimen del enfermero del Hospital Chávez, cuando ya se sabía la identidad de los que lo habían agredido con anterioridad y que casi se entregaban solos cuando cometieron el asesinato. Los que saben de este caso comentan que hasta los perros de la colonia sabían quienes habían privado de la vida al enfermero.

Por el esclarecimiento de casos tan fáciles de resolver se ponen medallitas.

Como si hubiesen resuelto el crimen del siglo

Bueno, así es la personalidad de los modernos super detectives.

El rústico mensaje que envían es que tenemos una super fiscalía, pero no dicen el motivo por el que dejaron de molestar a Ricardo Ornelas, el ex encargado de los centros penitenciarios que permitían fugas de reos a diestra y siniestra.

¿Acaso no lo dicen porque se les cae la boda?

Y mientras se cantan números alegres en cuanto a percepciones de violencia, la visión del ciudadano común es que Hermosillo y otras ciudades están en manos de los delincuentes.

Hermosillo ya es un desmadre en materia de seguridad.

Y una forma de aumentar la pesada carga a la sociedad honorable, que es la gran mayoría, es lo que observan vecinos de Alta california: En la casa del secretario de Seguridad Pública, Adolfo García Morales, hay seis patrullas para la seguridad familiar, con efectivos que deberían estar vigilando las calles. Pero en cambio cuidan a la familia y escoltan traslados a las compras del super, la farmacia, a jugar baraja con amigas y reuniones de “Showers”. Los operativos también incluyen traslados a la escuela, negocios y, aunque usted, caro lector, no lo crea, a famosos antros hermosillenses.

Todo esto con estrictas medidas de seguridad, con cámaras de seguridad en la casa y localizadores GPS en todos los carros

En tanto, el ciudadano común expuesto a la violencia, cuidando de no estar en el lugar y momento equivocado.

Lo que sea de cada quién: Entre la violencia y la alta tarifa de agua potable, El Maloro Acosta ya perdió Hermosillo. Y deberá responder de su incompetencia al PRI.

Eso sí, en este desorden hay funcionarios beneficiados, como el director de Agua de Hermosillo, Renato Ulloa, quien tiene a hijos viviendo en Inglaterra o Irlanda. No se sabe bien a bien en cuál de los dos lugares de la Gran Bretaña. Suponemos que el sueldo de este funcionario es insuficiente para costear este tipo de gastos. Pero si los hijos son súbditos transitorios de Isabel II gracias a la generosidad de la paramunicipal, ni hablar. Así son los negocios de la política. Aunque sea con cargo a los aguantadores usuarios.