MÉXICO, D.F. (apro).- Fidel Castro, expresidente de Cuba, marcó su postura frente al anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washigton y La Habana, el pasado 17 de diciembre:
“No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra”, dijo en un mensaje leído por un dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, a propósito de la conmemoración del 70 aniversario de su ingreso a ese centro para estudiar la carrera de Derecho.
En lo que fue la ruptura de su silencio ante el acuerdo público entre su hermano, el presidente Raúl Castro, y el mandatario estadunidense Barack Obama, el revolucionario explicó su posición:
“Defender la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales”.
Según el mensaje, cuya versión fue publicada íntegra en la versión de internet del diario Granma, continuó:
“Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que estamos reclamando para todos”.
Enseguida, Fidel respaldó las acciones de su hermano Raúl a quien delegó el poder en 2006:
“El presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el Partido Comunista de Cuba”.
Sin embargo, alertó que “los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido ningún país. Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento”.
Con este mensaje, el líder histórico de la Revolución Cubana rompió el silencio que mantuvo a propósito del acuerdo anunciado el pasado 17 de diciembre por los presidentes de Cuba y Estados Unidos.
También significó un segundo desmentido a los rumores de su supuesta muerte que se propagaron en las redes sociales el pasado 8 de enero.