2015
Vuelve la leyenda urbana de Ricky Martin y la mermelada
     

En febrero de 1999, comenzamos a escuchar una historia sorprendente e inquietante a partes iguales. Nos la contaban en clase, en el tren o en los bares. Alguien que conocía personalmente a alguien que lo había visto todo con sus propios ojos. Ricky Martin quiere sorprender a una fan durante el programaSorpresa, Sorpresa y sale de un armario para encontrarsela desnuda, jugando con su perro y un tarro de mermelada.

La historia se popularizó tanto que Antena 3 le ha dedicado este jueves un vídeodentro de su serie dedicada a los 25 años de la cadena, en el que la presentadora del programa en aquel momento, Concha Velasco, se ve obligada a desmentirla una vez más. "Todavía hay gente que sigue hablando de eso como si hubiera pasado", dice Velasco, que recuerda que le llegó el rumor estando en la peluquería

1. La historia

El periodista Antonio Ortí dedicó un capítulo de su libro Leyendas urbanas a este relato. Según explica a Verne en conversación telefónica, el programa se emitió el 5 de febrero de 1999. ”Unos días después, un oyente de Cadena Ser llama a Hablar por hablar y pide que le confirmen un rumor que ha oído en la facultad”. Se trata de la primera vez que la leyenda llega a los medios de comunicación.

La historia no quedó en este programa nocturno: a las pocas horas, la noticia ya corría por otras emisoras y programas de radio, y muchos esperaban ver las imágenes en Crónicas Marcianas. También llegó a los oídos de José Calvo, presidente de Prodeni, la Asociación Proderechos del Niño, que remitió a la fiscalía un escrito en el que denunciaba que se grabara a esta pobre menor, “ajena a todo montaje”. En el documento, el condimento usado es el foie gras. De hecho, Ortí ha recopilado variantes con nocilla, mantequilla, miel y crema de cacahuete.

La policía llegó a investigar el asunto y Ortí nos cuenta que un alto cargo del cuerpo dijo que “cosas más raras se han visto”. La pista llegó hasta un colegio malagueño en el que supuestamente se vendía el vídeo por 500 pesetas.

La discográfica del cantante, Columbia Records, se vio obligada a emitir un comunicado en el que decía que Ricky Martin no viajaba a España desde diciembre. Para entonces, no sólo había cambiado el condimento, sino que ya circulaban versiones en las que la niña era malagueña, italiana o francesa, mientras que el perro respondía a nombres como Pichi o Ricky.

El autor de Leyendas urbanas recuerda dos informaciones que llegaron a La Vanguardia, diario en el que trabajaba en aquella época: primero, comunicantes anónimos insistían en que la niña se había suicidado, aunque no se ponían de acuerdo en si había ocurrido en Alicante, Girona o, de nuevo, Málaga; segundo, el 16 de febrero llegó una convocatoria de Antena 3 en la que se invitaba a los periodistas a un visionado del programa entero, que por cierto y en su momento ya habían visto tres millones de personas, detalle que al parecer le daba igual a toda España. “Lo más parecido a la zoofilia fue ver a Raquel Welch entregando un perro perdido a su dueña”, explica Ortí, que añade que el director de la cadena, Giorgio Aresu, ofreció un millón de pesetas a quien le mostrara el dichoso vídeo.

Nunca apareció.