En el 煤ltimo enfrentamiento, el 5 de mayo pasado, las bandas sepersiguieron y rociaron de balas varias casas; el saldo: dos civilesmurieron y m谩s de mil personas huyeron -50% de la poblaci贸n ...

2015
Sonoyta y sus civiles, bajo el fuego cruzado del narco
     

En el 煤ltimo enfrentamiento, el 5 de mayo pasado, las bandas se
persiguieron y rociaron de balas varias casas; el saldo: dos civiles
murieron y m谩s de mil personas huyeron -50% de la poblaci贸n ...

Juan Pablo Becerra-Acosta

Sonora

Sonoyta es la cabecera del municipio sonorense llamado Plutarco El铆as
Calles 12 mil habitantes, en el Gran Desierto de Altar, en la frontera
con Arizona. Desde hace a帽os es una zona de intensa actividad delictiva:
trasiego de drogas, tr谩fico de armas y dinero y cruce de migrantes ilegales.

Tambi茅n es lugar de constantes y violentos enfrentamientos entre c茅lulas
del c谩rtel de Sinaloa, las cuales se disputan esta cotizada regi贸n, por
donde cada a帽o cruzan toneladas de estupefacientes hacia Estados Unidos
a trav茅s de territorios que forman parte de reservas indias.

Los choques con fuerzas del orden municipales, estatales y federales son
habituales.

Las m谩s recientes balaceras, ocurridas hace dos semanas, dejaron un
saldo de 11 muertos y seis heridos. Nada raro para los habitantes de las
谩reas rurales del municipio 2 mil personas, habituados a encontrar
cad谩veres entre la arena y los cactus, as铆 como camionetas baleadas e
incendiadas en las brechas des茅rticas, o en los caminos que llevan a los
campos de cultivos esp谩rragos, alfalfa, trigo, algod贸n que han
florecido en la zona.

Pero en el 煤ltimo enfrentamiento, el 5 de mayo pasado, ocurri贸 algo sin
precedentes: las bandas se persiguieron en el ejido Desierto de Sonora
y, en su fuego enloquecido, rociaron de balas varias casas. Dos civiles
cayeron muertos.

M谩s de mil personas -50 por ciento de la poblaci贸n rural- huyeron.
Muchos se refugiaron en iglesias, otros en instalaciones del DIF
municipal, unos m谩s en casas particulares y algunos se fueron a ciudades
como Caborca, San Luis R铆o Colorado, Puerto Pe帽asco y Mexicali. Unos m谩s
cruzaron la frontera.

Solo algunos han regresado: las calles lucen desiertas, las casas est谩n
cerradas con cadenas y candados, los animales de corral deambulan en la
b煤squeda de comida, la mayor铆a de los comercios permanecen cerrados y
las escuelas que oficialmente suspendieron clases una semana siguen en
paro.

Los civiles de Sonoyta, bajo fuego...

***

La pastora M贸nica Brenan, l铆der de la iglesia del Divino Redentor, es de
los pocos lugare帽os que han regresado. Ella recuerda...

-Nosotros est谩bamos en mi casa y en el momento de la balacera nos
juntamos tres familias ah铆 en mi rec谩mara. S铆 estuvo muy feo. Nos tom贸
por sorpresa. Est谩bamos en casa haciendo nuestros deberes, los ni帽os se
hab铆an levantado tarde porque no hab铆a escuela y fue cuando empezaron
las detonaciones. Y s铆, nos asustamos mucho. Como fue muy cerca, s铆 se
o铆a demasiado fuerte.

-驴Lloraban?

-En ese momento s铆, lo ni帽os m谩s que nada quisieron entrar en p谩nico. Yo
empec茅 a calmar a las jovencitas y a decirles que nos ayudaran con los
ni帽os, porque si entraban ellos en p谩nico, iba a ser m谩s fuerte el
susto. Entonces los empezamos a calmar y a tranquilizarlos, pero por
dentro s铆 ten铆amos mucho temor de que esto siguiera o de que fuera m谩s
feo, pues...

-驴Rezaban?

-Nos pusimos a orar ah铆 en mi rec谩mara, pidi茅ndole a Dios, clam谩ndole
que esto terminara ya y que no se impactaran las balas ah铆 en nuestra
casa, porque ten铆amos a 13 ni帽os y siete adultos en mi rec谩mara.
Est谩bamos pidi茅ndole a Dios que esto no pasara a mayores. Cuando ya pas贸
la balacera decidimos salirnos de aqu铆 una semana. Esperamos un momento,
mirando que ya no se oyeran balas...

-Mucha gente no ha regresado...

-S铆, de hecho muchos ya piensan vender sus casas o no regresar, por el
temor y la incertidumbre de que esto siga pasando. Nosotros estamos
orando a Dios que esto termine. Que todo vuelva a la normalidad.

-驴No se suelen meter con la gente los delincuentes?

-Gracias a Dios que no. Nosotros de la iglesia a la casa y no nos
metemos con ellos y las familias tampoco. Cada quien en lo suyo...

Cada quien lo suyo. La convivencia, forzada o no, con criminales.

Cuando truena algo todav铆a se espantan los ni帽os, piensan que son
balazos. Les qued贸 el trauma, se despide la pastora. El trauma. La vida
en el desierto bajo el sonido de las balas...

***

Julio C茅sar Ram铆rez es alcalde de Plutarco El铆as Calles. La entrevista
se realiza en su oficina de Sonoyta.

-Los civiles quedaron en medio de un campo de batalla, alcalde...

-No era contra la poblaci贸n la balacera, pero s铆 hubo v铆ctimas
inocentes. Hubo dos muertes de gente que se dedica al campo, bajas de
personas que no ten铆an absolutamente nada que ver. Tambi茅n hubo heridos
que se encontraron en un fuego cruzado...

-Esta es zona fronteriza de trasiego de drogas, 驴se pelearon grupos por eso?

-S铆, hist贸ricamente se ha utilizado tanto para el trasiego de droga como
para el paso de indocumentados, por la ubicaci贸n geogr谩fica que tenemos:
140 kil贸metros de frontera. Pero jam谩s hab铆amos visto una ola de
violencia donde la poblaci贸n civil se aterroriza y decide emigrar.

-驴Preocupado, angustiado?

-S铆, sumamente preocupado, infinitamente. Estamos en estado de alerta.

Debe estarlo: los dos grupos antag贸nicos, llamados /Los Camarena/ y /Los
Salazar/, se amenazan continuamente a trav茅s de mantas y de redes
sociales. De hecho, al propio alcalde lo han amenazado en Facebook: le
imputan favorecer a uno de las bandas.

***

La mujer, oriunda de Sinaloa, madre de tres ni帽as y un ni帽o, nos deja
entrar a su casa. Su vivienda recibi贸 m谩s de 20 impactos. Ella y los
suyos tuvieron suerte: por la ventana que da a la cocina dos proyectiles
de armas largas penetraron la alacena y se impactaron en el muro de la
estufa.

-Si hubiera estado yo ah铆 haciendo comida... -deja la frase sin terminar.

Otra bala penetr贸 por la ventana del cuarto de las ni帽as, cruz贸 la
habitaci贸n y fue a impactarse en un dvd colocado junto a la televisi贸n.

-No estaban ah铆 los ni帽os... -dice con voz tr茅mula nom谩s de recordar.

Un perro viejo trata de aullar afuera de la casa de sus due帽os. No le
sale el quejido. Tampoco puede incorporarse. Tiene la mirada trist铆sima.
No hay nadie en su hogar. Lo abandonaron.

Sonoyta bajo fuego cruzado del narco...

Milenio