El anuncio de Joaquín López-Dóriga sobre su salida del noticiero estelar de #Televisa no fue un adiós ni un hasta pronto. Con base en la información difundida el hecho se puede interpretar como el inicio de un reajuste muy importante en el área de noticias de la empresa.

2016
@lopezdoriga: ¿Por qué se va pero no se va?
     

El anuncio de Joaquín López-Dóriga sobre su salida del noticiero estelar de #Televisa no fue un adiós ni un hasta pronto. Con base en la información difundida el hecho se puede interpretar como el inicio de un reajuste muy importante en el área de noticias de la empresa.
 
El cambio era necesario.
 
Por un lado, para adaptarse a las exigencias de los nuevos medios. Por el otro, porque para la televisora es prioritario mantener la competitividad de sus programas informativos.
 
El modelo está agotado.
 
El desarrollo y consolidación de los #MediosDigitales, junto con el crecimiento exponencial de las #RedesSociales han debilitado a la mayoría de formatos y géneros televisivos.
 
Los líderes de opinión también fueron afectados.
 
Su influencia pública disminuyó y la confianza y credibilidad en su trabajo cotidiano han experimentado altibajos significativos durante los últimos años.
 
Dejaron de ser el centro de atención.
 
La diversificación de voces que existen en el actual espacio público, la velocidad y carácter instantáneo con que nos enteramos de las noticias y la saturación informativa a la que estamos expuestos le restan el valor agregado a los noticieros tradicionales.
 
Los ratings así lo confirman.
 
Y cuando bajan los niveles de audiencia los anunciantes disminuyen sus inversiones o de plano se retiran. La televisión ya no es —salvo excepciones— el fenómeno masivo que fue, por ejemplo, en los finales de algunas telenovelas en las décadas de los ochenta o noventa o en momentos trágicos para el país como los que experimentamos en los terremotos de 1985 o el día en que asesinaron a Luis Donaldo Colosio.
 
Hay además una crisis en la generación de contenidos.
 
Para cuando inicia El Noticiero, un alto porcentaje de los televidentes ya conocen casi toda la información. A pesar de las inversiones que Televisa ha realizado en tecnología y producción, el formato del programa no ha evolucionado a la misma velocidad que los nuevos medios.
 
Las reglas del mercado son otras.
 
Sin embargo, el proceso de adaptación no está avanzando al mismo ritmo. Los ejecutivos de la empresa deben tener claro que la alineación con las nuevas necesidades y exigencias de la sociedad requerirá de más tiempo, dinero y esfuerzo.
 
Los ejecutivos tendrán que ser audaces y arriesgar más.
 
Aunque para algunos personajes como Joaquín ha sido exitosa su incursión en las plataformas digitales, es evidente que los beneficios no le han alcanzado para revertir la tendencia negativa que ha enfrentado el horario triple A de la televisión abierta.
 
Por eso, el cambio de conductor no es suficiente.
 
Los ajustes tendrán que ir más lejos. Es preciso revisar estructuras, horarios, formatos de presentación de las noticias, avances y cortes informativos, además del diseño transversal con que se utilizarán las diversas plataformas que estarán a disposición del nuevo titular de El Noticiero.
 
Es la hora de experimentar nuevos paradigmas.
 
Por eso López Dóriga deja el espacio en agosto para dar paso a una nueva generación. La transformación que se requiere debe ser integral. En tiempos turbulentos la rotación de liderazgos es imprescindible, pero será insuficiente o limitada si todo lo demás sigue igual.
 
El periodista cierra un ciclo pero no se va.
 
Tendrá bajo su responsabilidad dos nuevos proyectos: un programa de entrevistas y reportajes y otro de debates. El éxito dependerá no sólo de su capacidad, sino de la forma en que se vincule y articule a un nuevo modelo del área de noticias.
 
¿Cómo reaccionará TV Azteca ante el nuevo escenario?
 
La competencia provocará más cambios y transformaciones. Y sus efectos los veremos reflejados tanto en la televisión comercial como en la pública, aunque esta última seguirá funcionando, desafortunadamente, en condiciones de abierta desventaja.