El Padre Tomás Herrera aseguró que se quedó sin querer estar en el sexenio de Guillermo Padrés, en el puesto al cual el propio exgobernador le hizo la invitación al inicio de su administración, pues hubiera sido “abandonar el barco”, aunque después “todo se fue al carajo”.

Por primera vez rompe el silencio, y lamenta el final del gobierno de Padrés, pues asegura haber cumplido con capacitar a los funcionarios, por lo que regresa a la iglesia con la conciencia tranquila.

Fue por Francisco Búrquez que Herrera conoció a Padrés y a su esposa Iveth Dagnino, trabajó con él coordinando el tema de factor humano, pero antes tuvo que pedir permiso al obispo Ulises Macías, quien a su vez lo consultó con el Nuncia, y al saber que no se metería en política, aprobaron que fuera funcionario.

Entre los funcionarios que capacitó Herrera, se encuentran secretarios y directores generales, además del propio Padrés y su familia, sumando un total de 3 mil 300 personas.

Asegura que se quedó ahí porque consideró que mientras él y su equipo estuvieran dentro del gobierno, algo bueno habría y contrarrestarían, aunque ahora “quisiera hablar con Guillermo (Padrés) y preguntarle qué ha pasado. Era una figura bastante interesante y se nos fue todo al carajo”.

El padre dijo que Padrés tenía madera para mucho, pero se rodeó de gente que nop tenía conocimiento político y humano, fue así que los tres primeros años de gobierno hubo gestos que encaminaban a una acción correcta, pero después del cuarto empezó el misterio de conductas irregulares.