Es el nombre de un caballo pura sangre que correría este domingo en el Hipódromo de Hermosillo. Su carrera se suspendió porque, argumentan, el cuaco se lastimó. La apuesta sería de 100 mil dólares. El nombre del propietario, Sergio Torres Serrano, “El Peque”.

Dicen que esta suspensión fue para evitar críticas.

¿El valor del caballo?

Como los que compraba Guillermo Padrés.

Dicen que el cuaco se lastimó.

Pero también dicen que la orden fue parar al caballo, cuyo padre es un semental de Brasil. Y su nacimiento fue por inseminación.

La pregunta obligada es: ¿De dónde la lana para comprar caballos de carrera?

Igual que los Padrés.

Lo que tanto criticaron.

Y dicen que tienen varios cuacos de este calibre en su cuadra.

En este pueblo de rumores dicen también que en los pueblos donde se pactan carreras parejeras, los veterinarios andan asustados. Los obligan a inyectar a los caballos coca, meta y hasta cristal. Les explota el corazón.

Pero El Tabachín solo está lastimado.

El vendedor

El señor Sergio Chávez Castro, familiar en primer grado de Faustino Félix, es un hombre que apareció en las páginas de este medio por razones poco edificantes. Y al parecer tiene su historia, supuestamente, bajo esos mismos términos. No lo decimos nosotros. Lo dice un lector que, al parecer, conoce la trayectoria y acciones de vida del señor Chávez. Como este pasaje de la vida del señor Chávez no lo conocemos, reproducimos el comentario de este enterado lector:

PINCHE GORDO VIVIDOR,Y DESOBLIGADO,,CUANDO LLEGO A HERMOSILLO PROCEDENTE DE OBREGON,,LLEEGO MUY FREGON CON SU TIO CORRUPTO FAUSTINO FELIX A LA SIDUR,,AHI SE APROVECHO DE SU PUESTO,,Y VIOLO A UNA OFICINISTA MODESTA,,,Y LA EMBRAZO EL GORDO ASQUEROSO,,PANZA WERA,,,Y SE DESOVLIGO DE ELLOS ,,ASI SON ESTOS CREIDOS DE SANGRA AZUL,,Y SON UNOS NACOS DE NACIMIENTO Y HASTA SU MUERTE…

Sin comentarios.

Pero el lector nunca está obligado a saber lo que sucedió ayer. Por eso reproducimos la historia, a manera de contexto:

Sergio Chávez Castro, ¿olvidadizo o fraudeador?

El señor Sergio Chávez Castro, ex funcionario en el Ayuntamiento de Hermosillo, vendió un automóvil sin entregar la factura correspondiente. Se comprometió a hacerlo a la brevedad. Pero resulta que ese vehículo está a nombre de Amadeo Enrique Marín Gómez. Por ello Chávez Castro tuvo que entregar la factura a Marín Gómez. Entonces, muy posiblemente este caso sea equiparable a un vulgar fraude.

Y también, posiblemente, esa factura haya sido endosada varias veces.

La sospecha se fundamenta en la forma en que Chávez Castro entregó el automóvil a su último comprador, quien le pide al olvidadizo o fraudeador vendedor que entregue la factura del auto con su respectiva baja.

Y como la baja la tiene que tramitar Marín Gómez, que para la Secretaría de Hacienda es el legítimo propietario, es que la víctima de este caso piensa que la operación es un posible fraude.

Al tramitar la revalidación de placas, en el año 2017, Marín Gómez puso como domicilio Eduardo W. Villa 46, 1 y 2, colonia Bugambilias.

Para nada aparece en ese papeleo el vendedor del vehículo, Sergio Chávez Castro, quien al parecer se jacta, al menos con sus amigos, de ser influyente. ¿ Así se comportaría como servidor público esta persona?