Las traiciones políticas fueron una parte fundamental de la derrota electoral de Alfonso Elías Serrano, el candidato a gobernador de Eduardo Bours Castelo, que mordió el polvo ante Guillermo Padrés. El operador estrella del “Vaquero” fue Roberto Ruibal Astiazarán, quien ahora apoya abiertamente a su pariente Toño Astiazarán.

2018
Bisturí. Traiciones S.A.
     

Las traiciones políticas fueron una parte fundamental de la derrota electoral de Alfonso Elías Serrano, el candidato a gobernador de Eduardo Bours Castelo, que mordió el polvo ante Guillermo Padrés. El operador estrella del “Vaquero” fue Roberto Ruibal Astiazarán, quien ahora apoya abiertamente a su pariente Toño Astiazarán.

En esa época Ruibal se quejaba amargamente de las traiciones.

Ahora él es calificado como traidor.

Dicen que Ruibal salió despechado del actual gobierno.

Esa es la razón del fuerte apoyo que brinda a Toño, por instrucciones, dicen conocedores del tema, del ex gobernador Eduardo Bours.

El punto aquí es que Ruibal opera contra la candidata a senadora Sylvana Beltrones, cuyo padre, Manlio Fabio, le brindó la alternativa en el servicio público. Entonces fue cuando se empezó a ganar el mote de “El Chico Maravilla”.

Obviamente no quedan rastros de agradecimiento de esa ya lejana época.

Después, en el gobierno de Bours, Ruibal fue presidente del PRI y Secretario de Gobierno.

Otro político que es calificado de traidor, por operar a favor de Toño Astiazarán, es Alfonso Molina Ruibal, también pariente de Roberto Ruibal.

Al final, todo queda en familia.

También Roberto Ruibal opera para la campaña del candidato a la alcaldía capitalina, Ernesto de Lucas Hopkins.

Si “El Pato”, ex niño consentido de Eduardo Bours, juega también a las traiciones contra Manlio Fabio Beltrones, entonces el conflicto es de proporciones mayores y cuyo centro de gravedad es la nominación priista a gobernador, o gobernadora de Sonora en 2018.

Poco a poco se estarían alineando los astros.

Al parecer pecan de audaces.

La prudencia mínima es esperarse a ver qué grupo se queda con el PRI ante una eventual derrota del candidato presidencial.

Por lo pronto el juego se llama traiciones y audacia.