El estado mayor electoral de Enrique Peña Nieto le presentaría el día de hoy al comandante en jefe la “Operación Centauro”, un plan sumamente ambicioso que busca equilibrar las tendencias del voto entre Andrés Manuel López Obrador y José Antonio Meade. En este último tramo el PRI y su candidato presidencial se juegan el resto y van a matar o morir en el intento.

La fecha es simbólica. Hoy a 12 días de la jornada electoral. El 12 es el número de suerte para Peña, porque un día 12 fue declarado candidato a gobernador y presidente de la República. Por esa cábala quiso que la “Operación Centauro” se presentara a 12 días de las elecciones.

Para esta “solución final” Peña ya habría platicado con todas las “fuerzas vivas”: Empresarios, políticos afines, gobernadores, jerarcas de la Iglesia Católica…

Trascendió que el presidente juntó a sus más cercanos colaboradores con los políticos priistas, los de a deveras, los dinosaurios que aún no quieren extinguirse. Entre todos preparan el “Día D”, la última oportunidad de que gane su candidato.

Aquí entran al ruedo los gobernadores priistas y panistas afines, los que ya ven a un Ricardo Anaya que se derrumba. De igual forma juegan un rol importante los alcaldes de los municipios más grandes del país. El PRI gobierna unos 1, 500 municipios en el país (el 62 % del total de Ayuntamientos).

Entre todos van a poner a caminar la famosa “maquinaria electoral”, con operadores y sobre todo dinero, mucho dinero. En “cash” se habla que la proporción es de 500 a 1, claro a favor de la maquinaria de Peña Nieto.

Se estima que el PRI tendrá a cinco personas en cada casilla electoral. Y otras cinco personas se encargarán de movilizar a votantes a esas casillas. El resto de partidos no tienen esa capacidad. Difícilmente se acabalarán para tener representantes en cada casilla.

Además, el PRI controla los consejos electorales, el INE, los tribunales y todo el andamiaje electoral.

Por si fuera poco, ya tienen preparado un algoritmo favorable a Meade para el cómputo final.

Así, la proyección es que si no voltean la elección, al menos la dejarán en un empate técnico.

De esta forma se judicializará la elección y aquí es donde se tomaría ventaja.

Dicen que la estrategia es superior a la aplicada por Juan Carlos Osorio para derrotar a Alemania en el mundial de futbol.

¿Cuánto costará instrumentar la “Operación Centauro”.

Quién sabe.

Pero será un río de dinero.

Así que el PRI y su candidato aún no son derrotados.

Van por la sorpresa… y la cabeza de AMLO.