De todas las asignaturas pendientes en la agenda pública nacional, la reforma a fondo del sistema de salud no puede pasar desapercibida por el nuevo gobierno. El propio Andrés Manuel López Obrador hizo un diagnóstico preciso hace unas semanas: el sector está peor que el educativo; ahora pone sobre la mesa la necesidad de “federalizar el sistema de salud” para hacer frente a un servicio deficiente. Esto tiene pros y contras que se hace necesario poner en la balanza.
De todas las asignaturas pendientes en la agenda pública nacional, la reforma a fondo del sistema de salud no puede pasar desapercibida por el nuevo gobierno. El propio Andrés Manuel López Obrador hizo un diagnóstico preciso hace unas semanas: el sector está peor que el educativo; ahora pone sobre la mesa la necesidad de “federalizar el sistema de salud” para hacer frente a un servicio deficiente. Esto tiene pros y contras que se hace necesario poner en la balanza.
Estudios diversos concluyen que México está lejos de contar con un sistema universal de salud; actualmente existe una brecha de desigualdad en el financiamiento, costos, cobertura y efectividad en los servicios.
La asociación civil Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) plantea algunas de las deficiencias:
- Casi 21.5 millones de habitantes no se encuentran afiliados a alguna institución de salud.
- Solo 42 por ciento de los mexicanos cuentan con cobertura con amplio paquete de atención.
- Se carece de cobertura universal en los ejes de afiliación, gasto, además de paquetes de atención y capacidad.
Por ejemplo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende 8 mil subcategorías de diferentes enfermedades, mientras los derechohabientes del Seguro Popular pueden acceder a mil 603; al respecto el seguro médico para los trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) brinda atención a todas las subcategorías y además incluye servicios como cirugías estéticas y cosméticas.
En su conferencia de prensa en Palacio Nacional el jueves 6 de diciembre, el presidente volvió a diseccionar lo que ocurre: “uno de los problemas de salud es que está fragmentado, es el seguro, es el ISSSTE, y los estados y al final de cuentas el servicio el deficiente, vamos a comenzar con algunos estados, y vamos a integrar los servicios de salud ya está por iniciarse”.
Fusionar el IMSS, ISSSTE, Seguro Popular y las otras instancias del sector no es una idea nueva. Se planteó en el sexenio pasado, donde incluso se perfiló la conformación de un Sistema Universal de Salud en México, en el que una persona podrá ser atendida en cualquier hospital sin importar a cuál dependencia está afiliado.
Esto, implicaría el intercambio de 700 servicios médicos que son las afecciones más comunes entre la población mexicana: pancreatitis aguda, neuropatía diabética, tratamiento quirúrgico de condilomas, miomectomía, sustitución total de cadera y de rodilla, así como la atención al labio leporino y paladar hendido.