Avaricia y ganas de sacar un jugoso botín provoca que alcaldesa de Guaymas no actúe con la mente

2022-01-14
Avaricia y ganas de sacar un jugoso botín provoca que alcaldesa de Guaymas no actúe con la mente
     

Resulta ser que siempre no es segura la cancelación del Carnaval de Guaymas, a pesar de que dicho evento en caso de realizarse expondría a los guaymenses a contagios exponenciales, lo cual pondría en peligro el sistema de salud y la vida de miles de guaymenses.

Claro eso no le importa a la doctora Karla Córdova, ya que el dinero que podría manotear en caso de la realización del Carnaval es mucho, por ello a pesar de que Guaymas vive doble crisis sanitaria (por coronavirus y por el derrame de aguas negras en toda la ciudad, principalmente en el crentro de la ciudad) por ello se niega a cancelar el carnaval por segundo año consecutivo.

Karla Córdova sabe que dicha festividad siempre ha sido uno de los grandes platos de los y las alcaldes(a) en turno de esta ciudad, ya que aunque estas festividades cobran hasta por ir al baño, percibiendo muchos millones de pesos vía venta de boletos, exclusividad en la venta de cerveza, piso, bailes, multas etc., y la robadera es tan descarada, que siempre sale en números rojos, deja claro que pata la doctora, le importa más forrarse de billetes, que la salud de los guaymenses.

Al parecer ya olvidó el juramento hipocrático, por lo que se lo dejo a esta "Doctora", quien al parecer ya perdió el juicio.

JURAMENTO HIPOCRÁTICO
Juro por Apolo médico, por Asclepio y por Higía, por Panacea por todos los dioses y diosas, tomándolos por testigos, que cumpliré, en la medida de mis posibilidades y mi criterio el juramento y compromiso siguiente:
Considerar a mi maestro de medicina como si fuera mi padre; compartir con él mis bienes y, si llega el caso, ayudarle en sus necesidades, tener a sus hijos como hermanos míos y enseñarles este Arte, si quieren aprenderlo, sin gratificación ni compromiso; hacer a mis hijos participes de los preceptos, enseñanzas y demás doctrinas así como a los de mi
maestro y a los discípulos comprometidos y que han prestado juramento según la ley médica, pero a nadie mas.

Dirigiré la dieta con los ojos puestos a la recuperación de los pacientes, en la medida de mis fuerzas y de mi juicio y les evitaré toda maldad y daño.

No administraré a nadie un fármaco mortal, aunque me lo pida, ni tomare la iniciativa de una sugerencia de este tipo. Asimismo no recetaré a una mujer un pasivo abortivo; por el contrario viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura.

No operaré con cuchillo ni siquiera a los pacientes enfermos de cálculos, sino que los dejaré en manos de quienes se ocupan de estas prácticas.