Por Fabián Pérez

Navojoa.- Jorge Alfredo Guzmán Salazar, quien cumplió un mes hospitalizado en el Instituto Mexicano del Seguro Social de Ciudad Obregón (IMSS), luego de ser presuntamente atropellado por un vehículo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la colonia Mocúzari el pasado 7 de mayo, se mantiene decaído y no quiere comer, afirmó Mélida Guzmán Salazar.

La madre del menor aseguró que por el dolor constante de su pierna y por el tiempo que lleva hospitalizado, su hijo ha comentado en un par de ocasiones que se quiere morir.

“Me duele mucho verlo así de decaído, el pobre no quiere comer, porque no podrá ir a la graduación de su escuela, que por cierto, la generación llevará su nombre”, compartió.

La mujer asegura que ante este pensamiento de su hijo, las autoridades médicas le asignaron a una psicóloga.

“Mamá… ¡me quiero morir!, porque no me van a dar mi reconocimiento en mi escuela, no podré hacer nada, tantos planes que tenía y ahora no los voy a poder realizar”, me dijo.

Señala que a raíz del dolor constante de su pierna fracturada y del temor de perderla,  Jorge Alfredo llora todos los días, esperando que su extremidad se pueda salvar con una reconstrucción.

“Ahora los médicos le tienen que dar un cuarto de una pastilla para poder calmar su ansiedad,  ya que ha tenido crisis muy fuertes donde ha manifestado su deseo de morir y de bajarse de la cama donde se encuentra postrado desde hace un mes”, reiteró.

Comentó que es demasiado lo que ha sufrido su hijo, después de ser atropellado presuntamente por una unidad de la Sedena cuando realizaban una persecución a una motocicleta.

Ante esta situación, Mélida Guzmán pidió la intervención de Derechos Humanos y el apoyo de la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano para que el caso (accidente) no quede impune.

Comenta que desde el 9 y 10 de mayo no se tiene contacto con autoridades de la Sedena, quienes habían prometido respaldar y apoyar en todo a Jorge Alfredo Guzmán Salazar.

“De hecho yo tenía el teléfono de un doctor de la Sedena, pero cuando me dijeron los doctores que mi hijo tenía muchas probabilidades de perder su pierna, nos dijo que no nos preocupáramos, ya que había muchos métodos para poder reconstruir su extremidad, sin embargo, a los días me bloqueó de su whatsapp”, aseveró.

Ayer, el niño fue intervenido quirúrgicamente para injertarle un pedazo de hueso donde le hacía falta, pero aún sigue el riesgo de perder su extremidad.

“Que Dios haga lo que tenga que hacer, pero ojalá que le deje su piernita, porque va a sufrir mucho más adelante”, aseguró su madre.

Uni Obregón.