La mujer fue declarada con muerte cerebral poco después de su llegada al hospital; Pero dado que tenía 15 semanas de gestación en ese momento, los doctores decidieron hacer todo lo que estuviera a su alcance para salvar a su bebé no nacido.

El hecho de que su embarazo no había tenido complicaciones hasta ese momento, y gozaba de una buena salud, influyó en que el personal médico del nosocomio no escatimara en esfuerzos para preservar la vida de la pequeña.

Por los siguientes 117 días, un equipo de doctores y enfermeras del Hospital Universitario de Brno, en la República Checa, trabajó para mantener y asegurar la salud, el desarrollo y el crecimiento del bebé.

Si bien ha habido otros casos en los que los bebés nacieron de madres fallecidas, se cree que este sería el primero de tan larga duración gracias a que los galenos pudieron mantener el embarazo de la mujer con muerte cerebral empleando solamente soporte vital artificial.

La mujer era sometida regularmente a ultrasonidos para monitorear el crecimiento del feto y, dado que ejercitarse es beneficioso tanto para la madre como para el bebé por nacer, se usó una máquina que movía sus piernas como si estuviera caminando.

Pero eso no fue lo único que hizo el personal médico ya que solían acariciar el vientre para interactuar con la bebé y colocarle encima varios juguetes para hacerle saber que estaba siendo cuidada con amor.

Después del nacimiento sin complicaciones de la niña al cumplirse la semana número 34 de gestación, su madre fue desconectada del soporte vital artificial y murió rodeada de su familia, incluyendo su esposo.

La Verdad.