La población hermosillense ya puede pedir a Santoclós su regalo navideño: Que la alcaldesa Célida López Cárdenas cumpla con la ley y no la ignore, como sucedió en el año que está por concluir. 

2019
Acumula ilegalidades la alcaldesa de Hermosillo
     

Bisturí.

La población hermosillense ya puede pedir a Santoclós su regalo navideño: Que la alcaldesa Célida López Cárdenas cumpla con la ley y no la ignore, como sucedió en el año que está por concluir. Los casos se acumulan: La fallida investigación sobre la muerte de un hombre al caer en un socavón, para detectar presuntos responsables, así como el descuento a trabajadores municipales para financiar la operación de una pista de hielo, y la más reciente, un ilegal cobro de prediales con tinte electorero.

Los asesores le fallan a la presidenta municipal.

La imagen de la autoridad municipal va, peligrosamente para ella y sus aspiraciones políticas, en franca caída.

Pareciera que a doña Célida poco le importa cumplir a los hermosillenses. Bueno, ella nacida en Mexicali, criada en Puerto Peñasco y con una formación académica, partidista y profesional de nuevo en la capital del vecino estado de Baja California, obviamente no comparte anhelos, metas, proyectos, con la sociedad hermosillense.

De hecho su retorno a Sonora fue meramente partidista: Célida ya había escalado posiciones en el PAN de Baja California, situación que la ayudó a terminar su preparación académica en Chile y la ciudad de México. Y ya con bagaje partidista y académico fue prestada a la campaña electoral del ex gobernador Guillermo Padrés. Obvio, ganaron y se quedó en Sonora porque se le abrió un futuro de oportunidades. Cuando llegó el momento de las definiciones en candidaturas, Célida buscó ser senadora. Le negaron la oportunidad y emigró a Morena, con la bendición de Andrés Manuel López Obrador.

Lo anterior, caro lector, fue a manera de contexto, para tratar de entender a la alcaldesa hermosillense y sus razones para actuar en contra de la población con algunas medidas ilegales.

Como la más reciente, sobre requerimientos en cobro de prediales en acciones que exceden las facultades de la autoridad municipal. La ley permite recaudar hasta por cinco años un crédito fiscal. Pero ahora emiten un requerimiento hasta por 20 años. Y aquí viene el juego electoral: A la persona que se ve en estas situaciones le piden que pase a determinada oficina de un regidor (una especie de despacho divino, pero rústico, vulgar, corriente). Ese representante popular en Cabildo le otorga su bendición al afligido contribuyente y lo canaliza a pagar sus adeudos a Tesorería con ciertos descuentos a los que tiene derecho cualquier persona.

Supuestamente la función de ese operador partidista con ropaje de regidor es buscar el agradecimiento del contribuyente supuestamente beneficiado, pero resulta que la autoridad incurre en un delito con esta acción recaudadora.

Obviamente la gente ofendida puede defenderse legalmente.

Esta acción se suma a las anteriores ilegalidades, la del caso del socavón, en la que para la autoridad no hay responsables, y los descuentos a trabajadores municipales para habilitar una pista de hielo para patinaje.

Y mientras se define el futuro, los funcionarios del Ayuntamiento de Hermosillo decidieron tirar el estrés al organizar posadas que tuvieron regalos de regular valor, como pantallas. Estos regalitos fueron “donados” por proveedores del gobierno municipal.

Todo esto puede ser minimizado por la autoridad municipal, pero siempre hay un costo a pagar cuando la gente empieza a rebelarse. Ahora que Morena ordenó a Ricardo Monreal sacar de la bancada en el Senado a la sonorense Lilly Téllez (lo cual aún no se ejecuta), Célida López Cárdenas podría pensar que tiene el camino pavimentado a la candidatura a gobernador, si Alfonso Durazo finalmente no es el elegido por AMLO.

Célida, como buena católica que es (inclusive cambió el hábito de monja por la política), sabe de la famosa frase: Dios está en los detalles.

Y entre esos detalles bien podrían estar las acciones ilegales de su gobierno municipal.