Superar el COVID-19 y volver al trabajo sin la enfermedad, ayudó a Angélica Gómez Pérez, enfermera general de la Clínica de Heridas del Hospital General de Zona (HGZ) No. 2, en Hermosillo, a recuperarse y centrarse en su labor diaria de curar a pacientes con heridas, sin olvidarse de su hija, a la que no puede ver de cerca para evitar contagiar.

Descubrió que estaba infectada luego de perder el sentido del olfato mientras realizaba una curación, y desde ahí vivió 21 días en aislamiento, con malestares generales, dolor de cabeza y opresión en el pecho.

“Me llena el trabajo, definitivamente lo necesitaba, y estoy involucrada al 100 por ciento con el Hospital, en lo que me compete; las heridas, es un mundo que tenemos que abordar y que tenemos que apoyar, y la gente nos necesita. Incorporarme al trabajo fue parte de mi recuperación emocional”, declaró.

La sana distancia debe tomarse en cuenta por la población, pero al mismo tiempo buscar la forma de estar cerca de sus seres queridos; Angélica no ve a su hija hace un mes, “es difícil emocionalmente perder ese lazo, estás cuidando y protegiendo a tu familia para que no se vaya a contagiar”.

“El hecho de tener una prueba que sea negativa a COVID y saber que ya no pones en riesgo a otras personas es bueno, pero se deben seguir todas las medidas preventivas, usar bata, cubrebocas, guantes, careta”, comentó.

Gómez Pérez lamentó el fallecimiento de un familiar por COVID-19, pero refirió que el regreso a trabajar y el compañerismo, le han ayudado con el duelo.