Hoy por la mañana no esperaba encontrarme con la llanta de mi coche ponchada... Venía de dejar a mi hija, a una velocidad prácticamente alta se pone junto a mi un auto y en eso un señor me grita... LA LLANTA!!! Gracias al señor por alertarme, en lo que pensaba que iba a hacer... en automático pensé en mi padre.

Yo soy una mujer casada y mi marido me apoya siempre... pero en verdad aquí pensé en papá. Le llamé y dije "papá ¿estás ocupado?"..., él me responde "¿qué pasó hija?, ¿qué necesitas?, ¿todo bien?"... Respondí "vengo en el carro con la llanta ponchada, no he querido bajarme a observar porque está muy solo por aquí"...

Afortunadamente alcancé a llegar a mi trabajo, papá me dice "bien, ahorita llego"...

Mi padre no tardó ni 20 minutos en llegar a auxiliarme y cuando llega me hace entrega de un platito cubierto con aluminio y un tarro lleno de café y me dice, "disculpa por no llegar pronto, pero decidí prepararte almuerzo para que comas bien"... En verdad recibí esa bandeja llena de amor y me aguanté las ganas de llorar al verlo ahí... Con su cabello ya gris, pero con las mismas fuerzas de siempre.

Y mientras el hacía todo eso del cambio de llanta, yo solo pensaba algo... "Mi papá siempre está ahí"... Al término de reparar la llanta me dice, "Ya quedó hija por favor cualquier cosa me llamas, te amo. Te comes tus taquitos, Dios nos bendice".

Al verlo marchar pensaba en cuanto quisiera que fuera eterno. A pesar de que físicamente ya no es el mismo hombre joven que veía lleno de energía... En él sigue ese mismo espíritu, ese mismo amor y protección... La misma fortaleza que le sale del alma cada vez que se trata de su familia.

Tú que tienes a tus padres, dile siempre cuántos los amas... Y recuerda que no importa que estés casada, no importa que vivas lejos... Tú papá, tú mamá... Tu familia, siempre estará ahí para socorrerte...

Texto Tomado de la red.

Créditos a su autor.