El PRI y PAN, en sus movimientos posteriores a la batalla electoral, siempre muestran el mismo escenario. Con el triunfo viene la disciplina yen la derrota cualquiera se siente con derecho a rescatar a su partido. La escena, ya muy vista, hace recordar la famosa canción de Juan Gabriel: Te pareces tanto a mí que no puedes engañarme... Y así, en el tricolor nadie se mueve. La generala victoriosa pondrá a su próximo secretario político en septiembre, mientras en la esquina azul hacen fila para desempeñar el honroso cargo de defender a un indefendible Guillermo Padrés. 

En su derrota electoral, hace seis años, el PRI lucía como el clásico boxeador groggy, noqueado sobre piernas, atontado, sin reflejos, muy débil, a punto de caer. De ese estado de semiinconciencia fue rescatado por su mejor carta a nivel nacional, /slanlio Fabio Beltrones. Hoy el tricolor luce sumamente poderoso en el ring postelectoral. Del relevo nadie habla hasta que lo diga la jefa. Yen el PAN, que hace recordar a su rival del fin de sexenio pasado, se disputan varios la dirigencia aunque saben que el relevo será cuando lo autoricen desde la cúpula nacional. La decisión podría venir a través del jalisciense-sonorense Héctor Larios, quien conoce muy bien los motivos para nombrar a un delegado especial con facultades para realizar un proceso de purga- refundación, como el realizado hace tiempo junto con su cuate Manuel Espino cuando desde el centro analizaron que Beltrones era el hombre fuerte en el PRI pero también en el PAN. En estos tiempos de derrota, de desprestigio, de una necesaria purga-refundación, el PAN necesita de un organizador sin compromisos con el padrecismo o el gandarismo. Pero resulta que todos los que levantan la mano estuvieron en esas trincheras. Así que nada extraño sería que la recomendación del "Gordo" Larios sea volver a experimentar el modelo de una delegación. O bien que el próximo presidente del panismo sonorense sea un cuadro totalmente ajeno a los intereses de este sexenio que está por terminar, del cual, por cierto, en sus inicios Larios fue prácticamente echado por su indiscutible capacidad negociadora. Poco tiempo le dio brillo a la Secretaría de Gobierno el hijo predilecto de la mítica organización pro panista conocida como El Yunque. Larios se encuentra hoy en una posición de influencia: Encabeza la comisión que organiza la elección de la que saldrá el próximo presidente nacional del PAN. Por lógica elemental el relevo de Juan Valencia será un recomendado de Lacios Córdova. La única duda es si llegará con el cargo de presidente estatal o de delegado especial. Suponemos que esta decisión se tomará de acuerdo al Muro de Padrés y colaboradores en el terreno legal y político. Mientras, Claudia Pavlovich ya debe tener bien claro el perfil del próximo presidente o presidenta del PRI Sonora. El ciclo de Alfonso Elías ya terminó. Le espera un cargo en el próximo gabinete. Aquí debiera existir movimiento de los y las interesadas, pero en el PM conocen muy bien el término disciplina. Aunque sea en tiempos de organización, el cargo de Secretario Político siempre será una posición disputada. En el PM nacional el relevo está programado para finales del mes de agosto. Después vendría el cambio en Sonora. Y entonces a trabajar en una sucesión presidencial que deberá ser muy competida y adelantada.